La historia de los primeros habitantes de la península ibérica sigue revelando secretos sorprendentes. La cueva de El Mirón, situada en Cantabria, se ha convertido en un epicentro de la investigación prehistórica, especialmente desde el hallazgo en 2010 de la Dama Roja, una mujer del Paleolítico Superior cuyos restos, cubiertos de ocre rojo, ofrecieron una visión fascinante de los rituales funerarios de hace 19.000 años. Ahora, un nuevo estudio ha logrado algo aún más asombroso: reconstruir 46.000 años de historia genética sin necesidad de huesos.
Utilizando ADN antiguo sedimentario (sedaDNA), un equipo internacional de investigadores ha conseguido rastrear la presencia de humanos y animales a lo largo de miles de años, desde los últimos neandertales hasta los primeros grupos de Homo sapiens que poblaron la región. Este enfoque innovador ha permitido identificar especies y linajes humanos que antes solo podían estudiarse mediante restos óseos, ampliando radicalmente nuestra comprensión de la vida en la Edad de Hielo.
La cueva de El Mirón: refugio en tiempos de cambio
El Mirón no es solo una cueva más. Su importancia radica en que fue habitada en distintos períodos clave del Paleolítico, incluyendo la época en que los neandertales desaparecieron y los humanos modernos comenzaron a establecerse en la región. Durante la Última Glaciación, cuando vastas extensiones de Europa estaban cubiertas de hielo, la cornisa cantábrica se convirtió en un refugio vital para la fauna y los primeros humanos.
![La entrada a la cueva de El Mirón](https://jlanoticias.com/wp-content/uploads/entrada-cueva-el-miron-cantabria.jpg)
Los nuevos análisis han confirmado que durante el periodo Solutrense (hace unos 24.500 a 22.000 años), la cueva albergó grupos humanos que compartían una ascendencia genética con poblaciones del sur de Francia y el norte de España. Esto refuerza la hipótesis de que la península ibérica sirvió como un refugio genético donde pequeñas comunidades humanas lograron sobrevivir y transmitir su linaje hasta el final de la Edad de Hielo.
Pero lo más sorprendente del estudio es que no solo se ha rastreado la presencia humana, sino también la de carnívoros como hienas y leopardos, que coexistieron con nuestros antepasados mucho más tiempo del que se pensaba.
Más allá de los huesos: cómo el ADN en los sedimentos cambia la arqueología
Hasta hace poco, el estudio del pasado dependía casi exclusivamente de restos óseos, herramientas y arte rupestre. Sin embargo, la aparición del sedaDNA está revolucionando la investigación. Pequeñas trazas de ADN atrapadas en la tierra permiten reconstruir la presencia de especies, incluso si sus huesos nunca se preservaron.
En el caso de El Mirón, los análisis genéticos han revelado la existencia de 28 especies de animales, muchas de las cuales nunca habían sido identificadas en la cueva. Entre ellas se encuentran el lobo ibérico del Pleistoceno, el leopardo europeo y el misterioso dhole asiático, un tipo de perro salvaje que hoy en día solo se encuentra en regiones de Asia.
Además, el estudio ha demostrado que las hienas persistieron en la península ibérica mucho más tiempo de lo que se creía. Su presencia en la cueva, identificada gracias a su ADN, sugiere que estos grandes carnívoros competían con los humanos por el espacio y los recursos, lo que podría haber influido en los patrones de asentamiento de nuestros antepasados.
![Los restos de la Dama Roja de El Mirón](https://jlanoticias.com/wp-content/uploads/huesos-dama-roja-linaje-el-miron.jpg)
El linaje de la Dama Roja y su conexión con el pasado europeo
Uno de los hallazgos más impactantes del estudio es la confirmación de que los habitantes de El Mirón durante el Solutrense pertenecían al llamado linaje Fournol, un grupo humano identificado previamente en Francia y España. Este linaje, que logró sobrevivir al periodo más duro de la glaciación, se entrelazó con la ascendencia de la Dama Roja, demostrando una continuidad genética en la región durante milenios.
El estudio también sugiere que, tras la glaciación, nuevas poblaciones procedentes de los Balcanes y el norte de Italia se mezclaron con los descendientes de estos primeros grupos, dando forma a las poblaciones del Magdaleniense (hace unos 20.000 años). Esto refuerza la idea de que la península ibérica no solo fue un refugio, sino también un crisol donde distintos linajes humanos se encontraron y evolucionaron juntos.
Los investigadores han logrado reconstruir la historia genética del Mirón hasta ahora solo con ADN mitocondrial, que se hereda por línea materna. Sin embargo, el próximo desafío es extraer ADN nuclear de los sedimentos, lo que permitiría obtener una visión aún más detallada de la diversidad genética de los antiguos habitantes de la cueva.
Esta nueva técnica promete revolucionar la arqueología, permitiendo reconstruir no solo la historia de los humanos, sino también la de los ecosistemas completos en los que vivieron. Si los resultados son tan prometedores como los obtenidos hasta ahora, podríamos estar a las puertas de una nueva era en la investigación del pasado.
![Esquina noreste de la cueva de El Mirón, en la parte trasera del vestíbulo, donde se encuentran las ubicaciones de las muestras recogidas (marcadas con puntos azules)](https://jlanoticias.com/wp-content/uploads/mapa-cueva-el-miron-hallazgo.jpg)
Un análisis revolucionario
El estudio del ADN sedimentario en El Mirón no solo ha confirmado la presencia de grupos humanos durante decenas de miles de años, sino que ha permitido reconstruir su linaje y su interacción con otras especies. Desde la convivencia con leopardos y hienas hasta la persistencia de un linaje humano a lo largo de la Última Glaciación, estos descubrimientos están cambiando nuestra comprensión de la prehistoria europea (y de las épocas anteriores).
El Mirón sigue siendo una cueva llena de secretos, y con cada nueva técnica aplicada, nos acercamos un poco más a comprender cómo vivieron, sobrevivieron y evolucionaron nuestros antepasados en un mundo dominado por el hielo y los grandes carnívoros.
Referencias
- Gelabert, P., Oberreiter, V., Straus, L.G. et al. A sedimentary ancient DNA perspective on human and carnivore persistence through the Late Pleistocene in El Mirón Cave, Spain. Nat Commun 16, 107 (2025). DOI: 10.1038/s41467-024-55740-7
Cortesía de Muy Interesante
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