Un hallazgo sobre el comportamiento de estos pulpos machos que redefine lo que sabemos de ellos (y no, no vienen del universo profundo): paralizan a las hembras para no ser devorados

Los pulpos han sido siempre criaturas fascinantes, hasta el punto de que hay quien dice que podrían dominar el mundo. Con su increíble inteligencia, habilidades de camuflaje y movimientos casi hipnóticos, no es de extrañar que algunos los consideren “alienígenas del océano”. Pero entre sus muchas estrategias de supervivencia, un reciente hallazgo ha revelado un comportamiento sorprendente en los machos del pulpo de líneas azules (Hapalochlaena fasciata): utilizan veneno para paralizar a las hembras antes de aparearse, evitando así ser devorados en el proceso​​.

Este descubrimiento, publicado en la revista Current Biology, ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Queensland, en Australia. El estudio arroja luz sobre un mecanismo defensivo único en estos cefalópodos, en el que los machos inyectan tetrodotoxina (TTX) en la aorta de la hembra para inmovilizarla temporalmente​. Este comportamiento, nunca antes documentado en pulpos, redefine nuestra comprensión sobre las estrategias reproductivas de estos animales y muestra hasta qué punto la evolución puede moldear la conducta para asegurar la supervivencia de una especie.

El vídeo de arriba es una creación de Dr. Wen-Sung Chung, de la Universidad de Queensland. Puedes ver más vídeos y de mayor longitud en el repositorio de la Universidad.

Una cuestión de vida o muerte

El Hapalochlaena fasciata (conocidos en inglés como “pulpo de líneas azules”) es una especie de pulpo venenoso que habita en las costas del océano Pacífico, especialmente en Australia. Los machos son mucho más pequeños que las hembras, lo que los pone en una situación peligrosa durante el apareamiento​. La biología de estos animales dicta que las hembras, después de la cópula, pueden ver a su pareja como una fuente de alimento. En muchas especies de pulpos, la reproducción es el último acto en la vida de los machos, quienes no sobreviven al encuentro.

Para evitar este destino, los machos de esta especie han desarrollado una estrategia inusual: muerden a la hembra cerca de la aorta y liberan una dosis precisa de tetrodotoxina, un potente veneno neurotóxico. Esta sustancia, también presente en los peces globo, interfiere con la función nerviosa, provocando una parálisis temporal en la hembra​.

Tetrodotoxina: un veneno con múltiples funciones

La tetrodotoxina (TTX) es un compuesto químico que ha evolucionado en diversas especies marinas como un mecanismo de defensa y ataque. En el caso del Hapalochlaena fasciata, su uso en la reproducción plantea un caso inusual de adaptación del veneno con fines no letales. Mientras que en otros animales su propósito principal es inmovilizar presas o disuadir depredadores, en estos pulpos, la sustancia se convierte en un recurso que permite al macho neutralizar momentáneamente a la hembra sin dañarla de forma irreversible. Esto sugiere que el control de la dosificación y la resistencia de la hembra han coevolucionado para permitir la reproducción sin consecuencias fatales​.

Otro aspecto interesante es el origen de este veneno. A diferencia de otras toxinas producidas por el propio metabolismo del animal, la tetrodotoxina en los pulpos de líneas azules es generada por bacterias simbióticas alojadas en sus glándulas salivales. Estas bacterias pertenecen a grupos como Pseudomonas y Vibrio, conocidos por su capacidad de sintetizar toxinas en otros organismos marinos​. El hecho de que el pulpo utilice un veneno derivado de microorganismos sugiere que su sistema biológico ha evolucionado para aprovechar y regular esta relación, asegurando que el veneno se almacene y libere en las cantidades necesarias para facilitar la cópula sin comprometer la supervivencia de la hembra.

Ilustración de ‘Hapalochlaena fasciata’. Fuente: Hoyle, William Evans, 1855-1926

La parálisis como ventaja reproductiva

El efecto de la tetrodotoxina en la hembra dura aproximadamente ocho minutos, tiempo suficiente para que el macho transfiera su espermatóforo, el paquete de esperma que garantizará la fecundación de los huevos​. Durante este período, los científicos observaron que la hembra mostraba cambios evidentes en su fisiología:

  • Su respiración se reducía drásticamente e incluso se detenía momentáneamente.
  • Su piel se tornaba pálida.
  • Sus pupilas dejaban de reaccionar a estímulos luminosos​.

Al recuperar el control de su cuerpo, las hembras no mostraban signos de agresión inmediata, lo que permitía a los machos huir antes de que fueran devorados. Este comportamiento ha sido documentado en laboratorio y sugiere que los machos han evolucionado glándulas salivales más grandes y cargadas de veneno, en comparación con las hembras​.

Representación en 3D de la molécula de tetrodotoxina (TTX). Fuente: Wikipedia

Un dilema evolutivo: sobrevivir o morir en el intento

El uso de veneno en la cópula plantea una interesante cuestión evolutiva. En muchos casos, los machos de otras especies han desarrollado estrategias alternativas para evitar ser devorados. Algunos han optado por copular a distancia, utilizando un brazo especializado llamado hectocótilo para transferir el esperma sin acercarse demasiado​. Sin embargo, en el caso de los pulpos de líneas azules, la parálisis temporal es la táctica más efectiva.

Este mecanismo defensivo también revela la compleja relación entre depredación y reproducción en los cefalópodos. Si bien la tetrodotoxina podría ser letal en otras circunstancias, las hembras parecen tener cierto grado de resistencia al veneno. Todas las observadas en el estudio sobrevivieron y pusieron huevos entre 3 y 29 días después del apareamiento​.

‘Hapalochlaena fasciata’. Fuente: Wikipedia

Un hallazgo con implicaciones más amplias

Este descubrimiento abre la puerta a futuras investigaciones sobre la coevolución de los mecanismos de defensa y las estrategias reproductivas en otras especies de cefalópodos. Los científicos han comenzado a preguntarse si el uso del veneno en la cópula podría estar presente en otras especies de pulpos, o si es una adaptación exclusiva de los Hapalochlaena fasciata​.

Por otra parte, entender mejor la producción y el uso de la tetrodotoxina podría tener implicaciones biomédicas. Esta neurotoxina ha sido objeto de estudio en la investigación de analgésicos y tratamientos para enfermedades neuromusculares. Si se logra comprender cómo los pulpos manejan este veneno sin dañarse a sí mismos, podríamos obtener pistas valiosas para el desarrollo de nuevos fármacos​.

Referencias

  • Chung, W.-S., Kurniawan, N. D., Marshall, N. J., & Cortesi, F. (2025). Blue-lined octopus Hapalochlaena fasciata males envenomate females to facilitate copulation. Current Biology, 35. https://doi.org/10.1016/j.cub.2025.01.027.

Cortesía de Muy Interesante



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