Un hallazgo vuelve a reescribir la historia: descubren en África los cuchillos más antiguos de la humanidad, una innovación que transformó las habilidades de nuestros ancestros hace 1,5 millones de años

Un sorprendente hallazgo en Tanzania ha obligado a los arqueólogos a reescribir la historia de la tecnología humana. Un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha descubierto en la Garganta de Olduvai, en África Oriental, que los primeros homininos fabricaban cuchillos de hueso hace 1,5 millones de años. Antes de este descubrimiento, publicado en la revista Nature, se creía que la producción sistemática de herramientas óseas no comenzó hasta un millón de años más tarde.

Este hallazgo no solo adelanta en el tiempo la innovación tecnológica de nuestros antepasados, sino que también revela una capacidad de adaptación y experimentación que hasta ahora se desconocía.

El secreto que escondía Olduvai

El lugar donde se ha encontrado este conjunto de herramientas óseas es la mítica Garganta de Olduvai, en Tanzania, un enclave fundamental en la historia de la evolución humana. Durante años, esta región ha proporcionado fósiles y artefactos que han permitido reconstruir el modo de vida de los primeros homininos. Sin embargo, hasta ahora, los investigadores asumían que el desarrollo tecnológico de estas comunidades se basaba casi exclusivamente en la talla de piedra.

El sitio de excavación, denominado T69 Complex, ha sido estudiado durante varias campañas arqueológicas entre 2015 y 2022. Allí, los científicos han identificado 27 herramientas óseas, en su mayoría fabricadas con huesos de elefantes e hipopótamos. Estos instrumentos presentan marcas de talla similares a las empleadas en la fabricación de herramientas líticas, lo que sugiere que los homininos aplicaron a los huesos la misma técnica que ya dominaban con la piedra.

Lo más sorprendente es que muchas de estas herramientas no son simples fragmentos afilados, sino que fueron modeladas con precisión. Algunas presentan una muesca en el extremo, probablemente para mejorar su agarre, mientras que otras recuerdan a las características hachas de mano de la industria achelense. Este hallazgo indica un conocimiento avanzado de la fracturación ósea y un proceso intencional en la fabricación de herramientas, algo que hasta ahora se creía que solo apareció mucho más tarde en la evolución humana.

Herramientas de hueso descubiertas en Olduvai
Herramientas de hueso descubiertas en Olduvai. Foto: CSIC

De hecho, los análisis muestran que estos utensilios fueron elaborados mediante técnicas de talla similares a las empleadas en la fabricación de herramientas de piedra, lo que indica que los homininos aplicaban el mismo método para trabajar distintos materiales. Muchas de estas herramientas presentan bordes afilados y signos de desgaste compatibles con su uso como cuchillos cortantes.

El hallazgo sugiere que los homininos no solo extraían la carne de los cadáveres de animales con herramientas líticas, sino que también utilizaban instrumentos de hueso para procesar la carne y acceder a recursos como la médula ósea. Esta práctica representa un cambio significativo en la evolución tecnológica de los primeros humanos.

Un avance cognitivo y tecnológico inesperado

La importancia de este hallazgo va mucho más allá del descubrimiento de unas herramientas antiguas. Implica que los homininos de hace 1,5 millones de años ya estaban explorando nuevos materiales para fabricar instrumentos, lo que supone un hito en la evolución de la cognición humana.

Hasta ahora, la arqueología había documentado un uso esporádico de huesos en yacimientos mucho más recientes. La aparición de herramientas óseas en el Achelense temprano sugiere que los homininos ya experimentaban con diferentes materiales mucho antes de lo que se pensaba.

Los expertos explican que la capacidad de adaptar una tecnología existente, como la talla lítica, a un nuevo material como el hueso es una prueba de pensamiento abstracto y planificación. Este nivel de innovación tecnológica podría haber jugado un papel clave en la evolución de la inteligencia humana.

Además, este descubrimiento cambia la forma en la que vemos la relación de los primeros homininos con su entorno. Durante mucho tiempo, se ha creído que los animales eran vistos solo como presas o competidores. Sin embargo, la fabricación de herramientas óseas sugiere que también eran considerados una fuente de recursos tecnológicos, lo que demuestra una relación más compleja con el medio ambiente de lo que se había asumido hasta ahora.

Los restos óseos pertenecían a antiguos elefantes e hipopótamos
Los restos óseos pertenecían a antiguos elefantes e hipopótamos. Foto: CSIC

Los primeros “carniceros” de la historia

El descubrimiento en Olduvai también cambia la forma en la que entendemos la relación de los primeros homininos con los animales de su entorno. Durante mucho tiempo, se pensó que nuestros ancestros eran principalmente carroñeros que competían con hienas y buitres por los restos de carne dejados por los grandes depredadores.

Sin embargo, las herramientas óseas encontradas en T69 Complex sugieren que, al inicio del Achelense, los homininos ya tenían un acceso privilegiado a los recursos cárnicos. Ya no se limitaban a aprovechar los despojos, sino que participaban activamente en la obtención y el procesamiento de carne, probablemente a través de la caza o el oportunismo frente a animales muertos por causas naturales.

Este descubrimiento implica que la capacidad de procesar alimentos con herramientas de diferentes materiales pudo haber influido en la dieta y la evolución fisiológica de los homininos. El acceso eficiente a carne y médula ósea, ricas en proteínas y grasas, pudo haber jugado un papel clave en el crecimiento del cerebro humano.

¿Por qué desaparecieron los cuchillos de hueso?

A pesar de la importancia de este hallazgo, una gran incógnita permanece sin respuesta. Si los homininos fabricaban herramientas óseas hace 1,5 millones de años, ¿por qué no se encuentran evidencias de su uso sistemático en yacimientos posteriores?

Una posible explicación es que las herramientas de hueso simplemente no se preservaron en muchos contextos debido a su fragilidad en comparación con la piedra. Otra hipótesis es que, con la llegada de los grandes bifaces de piedra del Achelense, los cuchillos de hueso dejaron de ser necesarios.

También es posible que estas herramientas fueran un invento localizado, utilizado solo por ciertos grupos humanos en momentos específicos. Sea cual sea la respuesta, este descubrimiento plantea nuevas preguntas sobre la continuidad y evolución de la tecnología humana.

Algunos de los huesos presentaban muescas, lo que indica que pudieron haber sido utilizados como herramientas de mano
Algunos de los huesos presentaban muescas, lo que indica que pudieron haber sido utilizados como herramientas de mano. Foto: CSIC

El papel del Proyecto OGAP en la reconstrucción de la prehistoria

El Proyecto Arqueológico de la Garganta de Olduvai (OGAP, por sus siglas en inglés Olduvai Gorge Archaeology Project) es liderado por Ignacio de la Torre, investigador del Instituto de Historia y responsable del Laboratorio de Arqueología del Pleistoceno del CSIC, junto a Jackson Njau, de la Universidad de Indiana (EEUU). Este equipo multidisciplinario cuenta con la colaboración de instituciones de España, como el CENIEH, la UAB y el ICREA, así como de investigadores de Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos, Canadá, Tanzania y otros países.

El apoyo de las comunidades masáis de la región ha sido fundamental en este proceso, ya que han colaborado activamente en las excavaciones y en la conservación del patrimonio arqueológico de Olduvai, reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

El descubrimiento de cuchillos de hueso en Olduvai no solo cambia la línea temporal de la evolución tecnológica humana, sino que también obliga a reconsiderar la inteligencia y capacidad de innovación de nuestros ancestros.

Hace 1,5 millones de años, los homininos no solo fabricaban herramientas de piedra, sino que también exploraban nuevos materiales y adaptaban sus conocimientos para obtener utensilios más eficaces. Este hallazgo demuestra que la creatividad y la experimentación han estado presentes en la historia humana desde tiempos mucho más antiguos de lo que imaginábamos.

Ahora, la gran pregunta es: ¿qué otros secretos sobre nuestros orígenes están aún por descubrir?

Referencias

Cortesía de Muy Interesante



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