Un millonario de EEUU se lanzó a invadir países por su cuenta en el siglo XIX: fundó dos repúblicas de las que fue presidente

Hoy en día cada que escuchamos el término “millonario” podemos imaginarnos a magnates en yates de lujo o en impresionantes mansiones. Sin embargo, esta idea no quiere decir que no estén involucrados en conflictos bélicos. Un ejemplo de ello es Rinat Akhmetov, el hombre más rico de Ucrania, quien ha aportado millones de dólares para apoyar a su país durante la invasión rusa.

Pero hace un par de siglos, los millonarios no estaban detrás de las guerras solo como donantes monetarios. Más bien, concentraron ese ímpetu por la conquista de territorios a su manera: con su propio ejército. Este es el caso de aquel adinerado estadounidense que, por mera iniciativa, invadió países de Latinoamérica sin permiso y hasta se hizo presidente: William Walker.

Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. La historia nos recuerda la intervención estadounidense en México. Sí, aquel conflicto bélico iniciado en 1846 cuando Estados Unidos declaró la guerra a fin de expandir su territorio. Las consecuencias, como sabemos, fue la pérdida de más de la mitad del suelo mexicano. Pero años después, Walker quiso adueñarse de más tierras del país, y casi lo logra.

El último gran filibustero. Originario de Tennessee, William Walker era hijo de empresarios con gran influencia política en el estado. A pesar de haber estudiado derecho, periodismo y medicina, abandonó estas profesiones para convertirse en filibustero, una especie de piratas mercenarios que invadían territorios por su cuenta y con recursos propios.

Primera incursión. A sus 29 años, Walker contrató 32 esclavistas estadounidenses para iniciar su encomienda: adueñarse de México. Fue en 1853 cuando Walker, con medias tintas de diplomacia, buscó un permiso gubernamental para colonizar territorio mexicano. Rechazado pero decidido, Walker inició una incursión y logró conquistar La Paz y Ensenada con el apoyo de latifundistas en San Francisco.

República de Sonora. Tras hacerse con la península de Baja California, al mero estilo de Hernán Cortés, se autoproclamó presidente de la llamada República de Sonora. Allí, impuso una nueva legislación en la que se permitió el esclavismo con el objetivo de obtener una rápida rentabilidad por su conquista. Cinco meses más tarde, la resistencia mexicana y la falta de suministros lo obligaron a retirarse de regreso a California.

El Destino Manifiesto. Pero ¿por qué un estadounidense se animaría a conquistar tierras extranjeras por cuenta propia? Esto se debe a la Doctrina del Destino Manifiesto, una idea promulgada en 1845 por el periodista John O’Sullivan. En ella, se justificaba la idea de la expansión territorial de Estados Unidos al considerarse una nación “elegida” por derecho divido para extender su civilización.

Segunda aventura golpista. Lejos de desmotivarse, Walker insistió en su postura del colonialismo privado con un nuevo objetivo: Nicaragua. Para ello, aprovechó la inestabilidad política del país y se alió con el Partido Demócrata nicaragüense. A su vez, también hizo tratos con la burguesía local. Ellos conseguían apoyo militar, mientras él obtenía ventajas personales. El resultado: ganó la batalla en Granada.

Flag Of The Republic Of Sonora Svg

Bandera de la República de Sonora.

Nuevo presidente, nuevas reglas. Con el triunfo en mano, Walker fue elegido simbólicamente como nuevo presidente de Nicaragua y se comenzaron a implementar costumbres y políticas de Estados Unidos. Por ejemplo, restableció la esclavitud, impuso el inglés como idioma oficial y fomentó la llegada de norteamericanos. Además, cambió la constitución y la bandera del país.

Canal de Panamá. Otro de los resultados de esta segunda conquista fue el precedente del ahora Canal de Panamá. Lo anterior dado que Estados Unidos reconoció como legítima la nueva república impuesta por Walker por el interés de crear una ruta comercial interoceánica, a fin de conectar el Atlántico con el Pacífico. Así, se estableció los bienes confiscados a favor de la nueva República fueran enviados a través del Rio San Juan.

Tercera y última. Para 1957 Walker es derrocado y expulsado a Estados Unidos. Pero insistente, tres años después el filibustero desembarcó en Honduras en una nueva incursión. No obstante, en dicha ocasión fue apresado por las tropas británicas de la zona y entregado a las autoridades locales. El resultado: lo juzgaron y fusilaron.

Cortesía de Xataka



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