Un equipo internacional de científicos logró demostrar que los árboles son capaces de absorber gas metano directamente de la atmósfera. Lo anterior gracias a los microorganismos que habitan en las cortezas. El equipo considera que este descubrimiento podría tener grandes implicaciones en la lucha contra el cambio climático, toda vez que el metano es uno de los gases de efecto invernadero más dañinos.
De acuerdo con un comunicado publicado por el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF, por sus siglas en catalán), la investigación observó que aproximadamente a partir de los dos metros de altura, los microorganismos que habitan en la corteza son capaces de absorber mucho más metano del aire que el que se libera a la atmósfera. El estudio fue publicado en la revista Nature.
El papel de los árboles
Según recoge la BBC, hasta ahora solía pensarse que la única forma terrestre de deshacerse del metano era a través del suelo. Sin embargo, el estudio demostró que los microorganismos presentes en las cortezas de los árboles son capaces absorber el gas a gran escala. Vincent Gauci, autor principal del estudio, explicó que este proceso podría ser una manera natural de combatir el cambio climático.
Los investigadores analizaron árboles de bosques tropicales, templado y boreales de medias altas. El equipo también tomó medidas de muestras de varios países, como los boques tropicales del Amazonas y Panamá; árboles de hoja ancha templados en Wytham Woods, en Oxfordshire, Reino Unido; y bosques boreales de coníferas en Suecia.
Descubrieron que la absorción de metano más potente provenía de los bosques tropicales, probablemente debido a que los microbios prosperan en las condiciones cálidas y húmedas de aquellas zonas. La absorción de metano recién descubierta por los científicos añade en promedio cerca del 10% al beneficio climático, con una contribución global total de entre 25 y 50 Tg (millones de toneladas) de metano al año.
El problema con el metano
En un artículo para The Conversation, Gauci explicó que el metano ha contribuido a aproximadamente un tercio del calentamiento global observado desde la era preindustrial. Por si fuera poco, en las últimas dos décadas, las concentraciones de metano en la atmósfera han aumentado a un ritmo acelerado.
Gauci señala que esto es un problema muy grave para el clima terrestre, puesto que el metano retiene mucho más calor en la atmósfera que el CO2. No obstante, mientras que el CO2 es capaz de permanecer en la atmósfera hasta por cientos de años, el metano apenas tiene una vida útil de diez años. Esta corta vida es lo que motiva a los científicos a pensar en estrategias que ayuden a mitigar rápidamente los efectos del cambio climático.
Cortesía de Xataka
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