Un nuevo conductor: cómo los coches autónomos y la movilidad compartida están reinventando la experiencia de conducir

Año 2050, tres zettabytes, lídar, rádar, 5G, realidad aumentada, realidad virtual, movilidad compartida, inteligencia artificial… Estos conceptos salen a la palestra cuando se habla del futuro no muy lejano de la automoción. Dibujan un escenario que nada o muy poco tendrá que ver con el de hoy, hasta el punto de que los términos coche o vehículo ya no dominarán en su acepción actual esta industria que se ha resistido a los cambios, pero que los va a sufrir en forma de cataclismo para crear un nuevo sector que los expertos definen como servicios de movilidad, que será conectada y autónoma, además de compartida y eléctrica.

¿Fin de la propiedad? los nuevos modelos de movilidad están cambiando nuestros hábitos

Aunque algunos analistas y expertos advierten de que la industria automovilística está en declive, la consultora McKinsey sostiene todo lo contrario: el crecimiento del sector se está acelerando debido a nuevos flujos de ingresos, entre los que se incluyen la movilidad compartida, los servicios de conectividad de datos y el continuo crecimiento en las economías emergentes. Los nuevos modelos de negocio que nacerán podrían extender los ingresos de la automoción en 1,5 billones de dólares en el año 2030, que se sumarán a los 5,2 billones del negocio de venta de coches y de sus accesorios.

Los nuevos servicios de movilidad, señala McKinsey, pueden dar lugar en los próximos años a una caída de las ventas de vehículos privados, pero es probable que sea compensada parcialmente por el aumento de las ventas en vehículos compartidos que necesitan ser reemplazados más a menudo, debido al mayor uso y desgaste. El comportamiento de los consumidores está cambiando, y en 2030 uno de cada diez automóviles vendidos será un vehículo compartido, cifra que aumentará hasta uno de cada tres en 2050.

Automoción a la carta: personalizada, conectada y autónoma

En el futuro, sugieren los expertos, los consumidores querrán disfrutar de una mayor flexibilidad a la hora de elegir la mejor solución de movilidad que satisfaga sus necesidades puntuales, y la reclamarán además a través de sus móviles. Ya podemos observar señales significativas de que la importancia de la propiedad privada del automóvil está disminuyendo y la movilidad compartida está aumentando. En Estados Unidos, por ejemplo, la proporción de jóvenes de dieciséis a veinticuatro años con carné de conducir bajó del 76 % en 2000 al 71 % en 2013, mientras que el número de personas que comparten automóviles en Norteamérica y Alemania ha crecido en más de un 30% anual en el último lustro.

Coche autónomo
Coches autónomos. Imagen: Ivan Sviatkovskyi en Pixabay

Las tecnologías más punteras estarán al servicio de la movilidad, aunque es improbable, dicen los analistas, que los vehículos totalmente autónomos lleguen al concesionario antes de 2020. Mientras tanto, los sistemas avanzados de asistencia a la conducción (ADAS) desempeñarán un papel crucial. Pero también antes de que llegue la autonomía total a la automoción tendrán que desarrollarse y abaratarse otras tecnologías, como las de los sensores –radar y lídar– que integrarán los coches y las infraestructuras de telecomunicaciones, como el 5G, que jugará también un papel relevante para interconectar vehículos, carreteras, señales, objetos y personas.

Según los expertos de la consultora Mc- Kinsey, la introducción en el mercado de los sistemas ADAS ha demostrado que los principales desafíos que impiden una penetración más rápida son los precios, la comprensión del consumidor y los problemas de seguridad. Y que estos retos retrasarán la introducción de los coches condicionalmente autónomos, que permiten al conductor ceder el control en ciertas situaciones, y de los coches totalmente autónomos, que no requieren ninguna intervención del piloto en todo el viaje.

Del motor a la nube: la evolución del automóvil en la era de la conectividad total

A medida que los coches vayan alcanzando una mayor conectividad y autonomía, el mundo de la automoción será cada vez más diversificado, y los fabricantes se verán obligados no solo a competir, sino también a cooperar entre ellos. Tendrán que aliarse con compañías tecnológicas que aspiren a introducir sus innovaciones en los vehículos, como Apple y Google, o a defender sus ecosistemas de negocios, como la propia Amazon, por citar un ejemplo.

Ciertos mercados, como el de la telefonía móvil, han experimentado en la última década una transformación significativa, pero la industria del automóvil no ha cambiado en la misma proporción. En los últimos años solo dos nuevas marcas de coches han aparecido en la lista de las quince mejores, Tesla entre ellas.

En el nuevo coche conectado y autónomo, el software será uno de los factores diferenciadores más importantes. Para McKinsey, el auto del futuro tendrá tantas instrucciones y códigos de programación como los que incluyen los sistemas aeroespaciales de control de vuelo. Los programas y las aplicaciones de los nuevos vehículos se utilizarán para ofrecer una gama mucho más amplia de funciones y servicios, incluidos los de movilidad, seguridad avanzada, ubicación y análisis remoto.

Revolución en la carretera: interfaz, biometría y 5G

En este nuevo contexto más tecnológico de los futuros coches conectados y autónomos, los fabricantes que cuenten con una interfaz hombre-máquina más atractiva y amigable, además de útil para el manejo de los servicios en el interior del habitáculo, saldrán favorecidos, según los analistas de la consultora Ovum.

El coche será cada vez más interactivo gracias a las pantallas táctiles y al uso de comandos de voz para interactuar con el sistema que lo controla. Algunos de los avances más importantes incluyen desarrollos técnicos que mejoran la interfaz de voz y la biometría, u otros nuevos como la realidad aumentada (RA) o la realidad virtual (RV). Entre ellos destaca el sistema MBUX que anunció Mercedes- Benz a primeros de año y que incorpora el nuevo clase A de Mercedes.

La biometría abarca una amplia gama de tecnologías como sensores, escáneres, cámaras, lectores, inteligencia artificial y análisis de datos, pero su propósito subyacente es reconocer y analizar las características fisiológicas y conductuales de las personas situadas alrededor del vehículo autónomo. También puede aplicarse a características fisiológicas, como huella dactilar, voz, rostro y visión humana, retina o iris, y aspectos del comportamiento, caso de gestos y ritmos de la voz, para analizar las circunstancias de los ocupantes del vehículo conectado y autónomo.

El automóvil inteligente: un viaje hacia la autonomía y la conectividad total

Varios actores de la industria del automóvil ya están experimentando con las soluciones de reconocimiento facial para, por ejemplo, autentificar a un conductor y luego ajustar el asiento y la posición de los espejos según las preferencias y características físicas del ocupante. Es el caso de las firmas Chrysler y Uber. Otras compañías de automoción están investigando en el reconocimiento del iris con el fin de supervisar movimientos oculares que alerten de la somnolencia y las distracciones. El automóvil reaccionaría, por ejemplo, subiendo el volumen de la música para llamar la atención de la persona al volante.

Ingenieros de Ford y Hyundai están explorando también las posibles aplicaciones de la realidad aumentada en los vehículos conectados, pero, debido a cuestiones de seguridad, su implementación estará limitada en el corto y medio plazo, hasta la llegada de los vehículos sin conductor completamente autónomos.

Con la RA y los sistemas head-up displays (HUD) se puede proyectar información holográfica en la base del parabrisas del conductor. Aunque la información y las interacciones de RA en el vehículo están diseñados para implantarse de una manera que no lleven a distracciones, esto puede ser difícil de lograr, según expertos de la consultora Ovum. Estos creen que la información debe ser concisa y totalmente relevante para evitar sobrecargar al piloto.

Coche autónomo
Coches autónomos. Imagen: Marlene Bitzer en Pixabay

Una experiencia enriquecida gracias a la realidad virtual

La realidad virtual, por su parte, solo será viable en coches completamente autónomos, donde los ocupantes estén liberados del todo de la responsabilidad de la conducción y puedan participar en experiencias inmersivas en un entorno seguro. En este contexto, la RV enriquecerá la vida de los usuarios dentro de los vehículos mientras se desplazan de un lugar a otro, pues podrán consumir entretenimiento, juegos y otras aplicaciones.

Más que un Coche: innovación y desarrollo del automóvil como plataforma de servicios y experiencias

Estas redes 5G serán capaces de manejar un mayor volumen de datos, con una significativa reducción de la latencia, conectar más dispositivos y aportar niveles superiores de fiabilidad. Todo esto será muy beneficioso para los servicios de coche conectado, como el streaming en tiempo real, así como para las comunicaciones críticas que permitirán las aplicaciones de seguridad.

Por su parte, Daimler ha creado junto con Bosch un complejo en la localidad alemana de Immendingen donde trescientos expertos en radares, lídares e inteligencia artificial desarrollan lo que serán los futuros vehículos sin conductor de la firma alemana. Los ingenieros de Daimler y Bosch fusionan los datos que captan los sensores y las cámaras ubicados en los vehículos, y los introducen en la plataforma Pegasus de NVIDIA para procesarlos en milisegundos y poder definir en tiempo real las decisiones a tomar por el sistema que conduce el automóvil.

Los coches Mercedes que Daimler prueba en Immendingen utilizan una combinación de sensores, cámaras y GPS para detectar qué hay en su entorno y navegar con seguridad por los circuitos y vías construidas en el complejo. El desarrollo más importante del sensor para vehículos autónomos es sensible a la luz láser, tecnología de radar conocida como lídar. Estos sensores emiten millones de pulsos láser por segundo para escanear objetos y el entorno del vehículo, y crear en tiempo real un mapa de imagen en 3D y en alta definición. Esto permite, por ejemplo, determinar la ruta de conducción más segura.

Una catarata de datos en la autopista digital

Solo los ocho sensores de radar que Daimler prueba en sus coches en el sur de Alemania proporcionan cada segundo 100 megabytes de información, lo que equivaldría a prácticamente 1 gigabyte si se suman todos los sensores de radar. O, lo que es lo mismo, unos 60 gigabytes al minuto, 360 a la hora u 8 terabytes de datos cada día.

El problema es que la tecnología lídar es muy cara. Cada sensor cuesta hoy entre 80.000 y 100.000 dólares, lo que desencadenará en los próximos años una carrera entre compañías como Bosch por desarrollar los componentes más rentables para el mercado global.

Los coches de Mercedes que conducirán solos por la bahía de San Francisco o los desarrollados por otras marcas, que circularán en otros entornos reales y sin conductor, son los primeros pasos de esta revolución cuya implantación a gran escala es una cuestión de tiempo. Lo mismo sucederá a nivel legislativo.

Peligros: Manos de los piratas

En algún momento habrá que poner sobre la mesa las normas y una regulación que posibilite la transición desde el actual modelo de circulación hacia otro totalmente autoconducido. La ciberseguridad será otro factor a valorar. Expertos de la consultora Ovum explican que “los coches conectados son vulnerables a violaciones de la seguridad cibernética, porque se trata de complejas máquinas compuestas de muchos sistemas informáticos y servicios digitales que son proporcionados en muchos casos por diferentes proveedores. La posibilidad de ataques de ciberseguridad en vehículos conectados es real, y hay que tomarla muy en serio”.

Coche vintage
Coches autónomos versus coches antiguos. Imagen: Jill Wellington en Pixabay

¿Control total en ciberataques?

En vehículos completamente autónomos, los ciberataques podrían incluso tomar el control total y poner en peligro a los pasajeros. No hay más que recordar cuando en julio de 2015 unos hackers piratearon el sistema de infotainment UConnect de un Jeep Cherokee, y se hicieron con los comandos de las funciones del tablero de instrumentos, la dirección, la transmisión y los frenos. Este episodio provocó que Fiat Chrysler tuviera que llamar a revisión a 1,4 millones de coches para corregir una vulnerabilidad de software que permitía a los piratas acceder inalámbricamente a sus vehículos y asumir el control de funciones vitales.

Cortafuegos, encriptación de datos y biometría para ayudar físicamente a autentificar a los usuarios de vehículos a través de huellas digitales, la voz o el reconocimiento facial pueden ser algunas de las soluciones que las compañías de coches tendrán que implementar para protegerse de los ciberataques.

De momento, Volkswagen ha sido de las primeras marcas que ha anunciado la creación de una empresa de seguridad cibernética para trabajar en estos ámbitos. CyMotive Technologies, dirigida por el exjefe de la agencia de seguridad Shin Bet de Israel, Yuval Diskin, es un 40 % propiedad de Volkswagen.

Automovilidad: ¡Quién te ha visto y quién te verá!

Geoff Nesnow, cofundador de la consultora My City at Peace sobre nuevas soluciones urbanas, profesor de la Hult International Business School y emprendedor, define las variadas implicaciones que, según él, traerán los coches autónomos. A continuación las resumimos:

1.Poca gente tendrá coche propio. Compañías con flotas de vehículos autónomos como Uber, Google y Amazon convertirán el transporte en un servicio de pago por uso, como ahora Emov o Car2Go.

2.Los diseños de los vehículos cambiarán radicalmente. Casi todos serán eléctricos y autónomos.

3.Los carnés de conducir desaparecerán en favor de las identificaciones personales mediante reconocimiento visual.

4.Apenas habrá mecánicos, ni concesionarios, ni lavaderos, ni tiendas de accesorios, ni gasolineras ni industria de seguros de automóviles.

5.Los semáforos y señales se volverán obsoletos. Los coches llevarán sensores para analizar el entorno y tomar decisiones.

6.Los combustibles derivados del petróleo serán menos valiosos por el predominio de lo eléctrico.

Coche autónomo
Coches autónomos. Image: DRIVAR en Pixabay
7.El transporte será mucho más barato.

8.Las carreteras estarán más vacías, se desgastarán menos, las personas compartirán más vehículos y el flujo de tráfico estará mejor regulado.

9.Muchos vuelos nacionales de corta distancia serán sustituidos por viajes multimodales en vehículos autónomos.

10.Los servicios de vehículos premium serán privados, cómodos y silenciosos, con wifi para cada pasajero, servicios de masaje e incluso camas para dormir.

11.La emoción de conducir perderá interés. La velocidad se medirá por el tiempo entre salida y destino, no por la aceleración, el manejo o la velocidad máxima. Habrá pocas excusas para llegar tarde.

12.No habrá multas, por lo que muchos abogados perderán ingresos, igual que los Ayuntamientos y las arcas públicas. Los restaurantes y bares venderán más alcohol y los viajeros podrán beber sin tener que pensar en cómo llegar a casa.

13.Desplazarse en bicicleta y caminar será más fácil y seguro, ya que las vías públicas estarán menos congestionadas. Habrá menos heridos y muertos en las carreteras.

14.La piratería de vehículos autónomos será un problema grave. Nuevas tecnologías y compañías de software y comunicaciones surgirán para abordar estos problemas.

15.Muchos vehículos irán repletos de publicidad de todo tipo.

16.Los niveles de contaminación bajarán drásticamente.

17.Compañías como Google y Facebook agregarán a sus bases de datos los movimientos y ubicaciones de sus clientes. A diferencia de los chips de GPS que indican dónde se halla un individuo en ese momento y dónde ha estado, los sistemas de vehículos autónomos sabrán a dónde se dirige en tiempo real y con quién.

18.Habrá incondicionales a los que les seguirá gustando conducir. Pero cada vez serán menos, ya que las personas más jóvenes, que nunca han conducido, las superarán en número.

Cortesía de Muy Interesante



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