En el ámbito de la restauración patrimonial, cada proyecto es una aventura única, un viaje a través del tiempo que a menudo depara descubrimientos inesperados. Sin embargo, lejos del ojo público, donde a veces solo resuenan las historias de restauraciones fallidas, se esconde el verdadero corazón de esta disciplina: el meticuloso trabajo, por lo general sin sobresaltos, que rescata obras del olvido y revela su esplendor original.
Es en esta categoría donde se engloba nuestro proyecto de restauración de patrimonio histórico artístico. Con el apoyo del Vicerrectorado de Transferencia de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), nos propusimos restaurar, preservar y divulgar un conjunto de siete valiosas obras: seis libros de la biblioteca y un cuadro del refectorio del Monasterio de San Millán de la Cogolla (La Rioja), declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.
Si bien la restauración de los libros ha sido un hito en sí misma, la recuperación del cuadro es la que ha desvelado un descubrimiento sorprendente.
Restauración del cuadro ‘Jesús en casa de Simón el Fariseo’
El cuadro Jesús en casa de Simón el Fariseo estaba ubicado en la cabecera del refectorio mayor. Históricamente se le había atribuido una datación de mediados del siglo XVII, sin que se conociera quién había sido su autor. Sin embargo, lo que encontramos al iniciar los trabajos superó con creces nuestras expectativas.
En el taller de restauración apreciamos que tenía diferentes repintes. Nunca hubiéramos imaginado, sin embargo, a pesar de los análisis realizados, que las variaciones encontradas fuesen tantas y tan grandes como finalmente constatamos.

La primera tarea fue conocer cuándo pudo ser intervenido este cuadro por última vez. La clave para comprender el estado del cuadro se encontró en la historia del monasterio.
Una investigación detallada reveló que, en 1908, con motivo de la celebración del Capítulo General de la Orden de los PP Agustinos Recoletos, el pintor vitoriano Mariano Alias llevó a cabo una extensa campaña de “arreglo” de las obras. Pero no solo repintó los lienzos más dañados, sino que extendió su trabajo a otras pinturas en las zonas más visibles, incluyendo las del refectorio mayor. Sus intervenciones, aunque bienintencionadas, habían ocultado por completo la creación original.
Para devolverle su aspecto original, el proceso de restauración implicó tres fases de “limpieza” fundamentales. En primer lugar, procedimos a la eliminación total de los repintes que cubrían el cien por cien de la superficie original. En la siguiente fase se levantó la capa de masilla blanca que se había aplicado, como si de una pared se tratase, con llana o con espátula, igualando la superficie para poder repintar encima.
Por último, con la pintura original a la vista, se procedió a una limpieza profunda para eliminar la importante película de suciedad que presentaba, tanto por el barniz arranciado como por la acumulación de polvo, humo, etc.

Actualmente, el cuadro, tras el estucado y la reintegración de color, ha recuperado en gran medida su aspecto original de principios del siglo XVII. A pesar de que podemos calcular una pérdida estimada de entre un 10 y un 15 % de la capa pictórica, las partes principales, como rostros, manos y objetos, no han sufrido daños significativos.
Una vez finalizada la restauración, y gracias a un exhaustivo estudio de la obra conocida de Juan García de Riaño (Rueda de Pisuerga, Palencia, c. 1571 – Santo Domingo de la Calzada, 1628), pudimos confirmar su autoría.
García de Riaño fue un pintor de gran relevancia en el primer tercio del siglo XVII en la Rioja Alta. Con esta nueva atribución hemos logrado datar la creación de la obra original alrededor de 1620, treinta años antes de lo afirmado hasta el inicio de este proceso de restauración e investigación.
Lo que habíamos estado viendo durante los últimos 117 años en Jesús en casa de Simón el Fariseo no se correspondía con lo que se pintó a comienzos del siglo XVII. Tras la restauración, el cuadro se ha recuperado tal y como se pintó originalmente.
La restauración de los libros: un puente entre el pasado y la era digital
Dentro del proyecto es fundamental destacar la labor de restauración realizada con los seis libros antiguos:
- Nusq[uam] antea impressum Collectorium totius fere medicine Bertrucij Bononiensis.
- Joannis Baptistae Montani veronensis Consultationes medicinales.
- Cursus quatuor mathematicarum artium liberalium.
- Atlas Minor Gerardi Mercatoris.
- Los Quarenta libros del compendio historial de las Chronicas y universal Historia de los Reynos de España.
- Teatro Monárquico de España.
La elección de estos ejemplares no fue casual: su relevancia radica en la importancia y variedad temática (medicina, matemáticas, geografía, historia y política) y en la novedad científica que representaron en su época.

Con objeto de preservar los originales y difundir el contenido completo, a través de la tecnología y, en concreto, de repositorios digitales de otras instituciones, se han podido rescatar páginas perdidas de los libros del monasterio y se han integrado en un papel diferente, a fin de poder distinguirlas y conservar así los ejemplares completos.
Además, los seis ejemplares se han digitalizado en alta resolución y están ahora disponibles en acceso abierto en el repositorio digital de la Biblioteca Virtual de La Rioja (BiVirLa). De esta manera, cualquier persona con conexión a internet, puede acceder a este valioso conocimiento.

Este trabajo profesional en el Monasterio de San Millán de la Cogolla, la cuna del castellano, demuestra el valor de la restauración patrimonial como una herramienta de investigación y divulgación.
Bajo la supervisión de Ana Zabía, directora de Proyectos de Patrimonio Cultural de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), y con la ayuda inestimable de Ana Jessen y Nuria Esteso en la restauración de los libros y el cuadro respectivamente, hemos podido finalizar un proyecto restauración bibliográfico y pictórico que nos permite redescubrir su historia y compartirla con el mundo.
Cortesía de Muy Interesante
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