“La capacidad de realizar tareas prácticas básicas se está perdiendo entre las generaciones más jóvenes”. Parece que el chiste “¿Cuántos [inserte sector poblacional del cual se quiere hacer una broma] se necesitan para cambiar una bombilla?” se ha vuelto realidad. Y en este caso, se necesitan varios Gen Z para hacerlo.
Tal como advirtió Andy Turbefield, minorista de artículos de automoción y ciclismo británico, los jóvenes adultos han encontrado un nuevo enemigo en sus vidas: las tareas cotidianas. De acuerdo con una encuesta realizada por la compañía Halfords, al menos un 25% no sabe cómo cambiar un foco.
“Muchos se muestran reacios a asumir incluso las tareas más básicas”. Las palabras de Turbefield, respaldadas por los datos de la encuesta, evidenciaron cómo los jóvenes pierden gradualmente tanto el interés como las habilidades necesarias para realizar ciertas actividades. Especialmente cuando se trata de lo que algunos llaman “hacer talacha”.
De las 2,000 personas encuestadas, se reveló que la generación más joven muestra una falta de conocimientos básicos para realizar tareas por sí mismos. Menos de dos tercios admitieron sentirse seguros al limpiar un automóvil, y prefieren que sus padres lo hagan. Además, uno de cada cinco confesó que contrataría a un profesional para algo tan sencillo como cambiar una bombilla en el techo.
“Demasiado inseguro”. Pero, ¿por qué cambiar un foco les resulta algo complicado? Según revelaron, no sólo no saben cómo llevarlo a cabo, sino, que les resulta “peligroso” el hecho de subirse a una escalera para hacerlo. Sumado a ello, a uno de cada cinco les preocupa que el foco esté “demasiado caliente”.
“Simplemente no han tenido que hacer las cosas por sí mismos”. Por su parte, Yamalis Díaz, psicólogo de NYU Langone, declaró para el New York Post que existe una alta probabilidad que sus carencias de habilidades se deban a la era digital.
Básicamente, muchos ámbitos de sus vidas se encuentran automatizados y rodeados por la tecnología, lo que les permite evitar realizar tareas por sí mismos. Al beneficiarse más de estas comodidades en comparación con generaciones anteriores, no aprenden a realizarlas o simplemente prefieren dejárselas a otros.
“Tiene todo el sentido que la Generación Z simplemente no sepa hacer tanto en lo que respecta a tareas independientes o no tecnológicas”.
“El conocimiento sobre automovilismo, en particular, parece estar en declive”. Lo anterior, remarcó Turbefield, se debe a otro ámbito igual de importante. Además de no saber cambiar un foco, menos de la mitad sabe cómo inflar los neumáticos de un coche o incluso, reemplazar un limpiaparabrisas.
Por otro lado, el 30% del grupo no supo identificar un destornillador de punta plana, mientras que el 21% admitió no reconocer una llave inglesa. Fue así que se reveló otro número igual de desalentador: la Generación Z gasta más de 1,500 dólares al año en contratar ayuda para tareas domésticas. Un amplio contraste con los 450 dólares destinados por miembros de la Generación X.
Mucho podemos decir de los problemas a los que se enfrenta la generación de “veinteañeros” al descubrir el mundo. No saber pedir carne, desconocer jergas laborales o pasar por la Tech Shame. Sin embargo, tampoco se puede negar los cambios de paradigma sobre cómo ven el mundo y cómo lo han transformado a su beneficio.
Ahora, solo queda la pregunta: ¿En el futuro, quiénes harán las tareas y oficios que la Generación Z ha dejado de hacer?
Cortesía de Xataka
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