Valeria Luiselli hace eco de los sonidos de la frontera

El trayecto en automóvil desde el extremo oeste de la frontera entre México y Estados Unidos –desde la región de Tijuana–San Diego– hasta la desembocadura del Río Bravo en el Golfo de México, entre los estados de Texas y Tamaulipas, toma un aproximado de 24 horas.

¿Qué sonidos circundan una de las fronteras más transitadas del mundo? ¿Qué historias nos cuentan quienes han materializado o quienes padecen una delimitación que dejó de ser imaginaria para convertirse en una recalcitrante valla que se eleva y se engrosa más y más hacia lo infranqueable?

A lo largo de cinco años, la escritora Valeria Luiselli, el compositor Leonardo Heiblum y el productor audiovisual Ricardo Giraldo han flanqueado la región, recogiendo sonidos, trinos, estruendos, murmullos y lamentos que se hacen escuchar a lo largo del, a veces convulso, otras secreto y hasta huraño territorio que cercena cuatro demarcaciones en Estados Unidos y seis del lado mexicano.

Un proyecto apoyado por Harvard

El resultado de este proyecto lleva por nombre “Ecos de las tierras fronterizas” (Echoes from the borderlands), un ensamble de sonidos, textos reflexivos e imágenes que se agolpan y dan para extenderse las mismas 24 horas, y parecen inagotables experiencias de un archivo.

No obstante, por motivos de difusión, este colectivo ha adaptado una versión mucho más corta para seguir extendiendo los ecos de la frontera hacia el interior de ambos países.

Uno de estos ecos se dejó escuchar el fin de semana en el Teatro de la Ciudad en Querétaro, en el marco de la décima edición del Hay Festival, que tomó lugar en la capital del estado del Bajío y algunos municipios de la entidad. El proyecto de Valeria, Leonardo y Ricardo fue uno de los platos fuertes del programa.

“Echoes from the borderlands” es un proyecto desarrollado en ArtLab y apoyado por el Comité de las Artes de Harvard. Luiselli actualmente es profesora invitada en Etnicidad, Indigenismo y Migración en la Universidad de Harvard.

De ballenas y bombas atómicas

Lo que se presentó en la capital queretana fue una finísima síntesis de los sonidos recogidos a lo largo de la mitad del camino fronterizo, entre la costa de Tijuana–San Diego y Ciudad Juárez–El Paso.

El Teatro de la Ciudad apaga sus luces. Se han dispuesto bocinas a nivel de público y a lo largo de todo el patio de butacas. En el escenario hay una mesa con tres plazas y extraños aparatos de sonido e imagen. Es como un concierto de los instrumentos más atípicos, grabados a unos 2,600 kilómetros de distancia.

Valeria, Leonardo y Ricardo toman sus lugares. Cada uno se ocupa de una de las tres facetas que ha cobrado este proyecto. La escritora se encargó de redactar algunas memorias de viaje, una bitácora y una serie de reflexiones que el proyecto ha provocado a lo largo de los años y que ahora lee de manera intercalada con los sonidos que el compositor –como un director de orquesta en toda forma– ha engarzado como una sinfonía, como una presentación performática, con estética y no sólo como una exhibición de archivo. Por su parte, Ricardo irrumpe la penumbra del escenario con decenas de fotografías que ha tomado a lo largo del camino, todas ellas correspondientes a los sonidos que se abren paso de entre los archivos de este colectivo.

Los autores del proyecto Valeria Luiselli, Leonardo Heiblum y Ricardo Giraldo. Cortesía

Este paseo sonoro, visual y oral recoge el armonioso y egregio canto que las ballenas expanden desde la profundidad del Pacífico. También documenta la furia de las tormentas, el agua cabalgando por el río, el barullo de los puntos de cruce entre ambas naciones, el clamor de la tierra que ha sido capturado con una serie de geófonos, dispositivos tecnológicos capaces de capturar las vibraciones terrestres.

“La pieza empieza debajo del mar, en Tijuana–San Diego, con la migración de las ballenas. Sube a la playa y luego recorre todo California, las minas de cobre en Arizona, la Nación Tohono–O’odham, que está al lado de una zona de pruebas militares. Después Nuevo México, sobre todo la reserva de los apaches mezcaleros, que también está junto a una zona de pruebas. Fue ahí donde el gobierno de Estados Unidos lanzó la primera bomba nuclear antes de lanzarla a Hiroshima. Y fuimos a hablar con las personas descendientes de quienes estuvieron vivos cuando lanzaron la bomba. Hemos recogido testimonios de personas; los sonidos de los coyotes, tanto los animales como los humanos”, comenta Valeria Luiselli en conferencia de prensa previa a la presentación del proyecto.

Valeria Luiselli, en el Hay Festival Querétaro. CortesíaSergio H Silva

Tensiones entre dos tierras

Gran parte de este recorrido ha sido grabado del lado estadounidense de la frontera. Han sido menos los sonidos capturados del costado mexicano, salvo en aquellos puntos de paso entre ambas naciones: en Tijuana, Mexicali y Ciudad Juárez, por ejemplo.

Luiselli explica que “tristemente, no hemos recorrido México libremente por carretera por las razones que, siendo ustedes periodistas, sabrán muy bien; es decir, por los peligros de algunos caminos”.

Otra de las hostilidades que se desprenden de este proyecto para quienes tienen arraigo mexicano pero son residentes del territorio estadounidense son las hostilidades políticas actuales y la manera en la que se han agudizado los discursos de odio hacia las poblaciones migrantes.

Es el caso de Luiselli, quien ha vivido en Nueva York a lo largo de dos décadas y quien, admite, “por primera vez en 20 años me estoy planteando no publicar en Estados Unidos un libro que ahora mismo estoy escribiendo. El libro es una especie de seguimiento del ensayo de ‘Los niños perdidos’ (Sexto piso, 2016). Unos pocos años después de publicar aquel, me metí al sistema de centros de detenciones (en Estados Unidos) a dar clases de escritura con adolescentes indocumentadas. En ese periodo no escribí nada sobre eso porque las personas que me permitieron entrar me dijeron: ‘No puedes publicar nada sobre eso ahora, hasta que pasen por lo menos cinco años’. Esos años ya pasaron, pero ahorita estamos donde estamos (en una situación álgida contagiada por los discursos de Donald Trump), y éste es un libro que, sin duda, me pondría en un radar en el que no quiero estar en Estados Unidos. Por otro lado, la cobardía nunca ha sido lo mío. Entonces, me parece un poco atípico de mí tener esta reticencia, y me da coraje”, dice la también autora de obras como “Los ingrávidos” (2011) y “Desierto sonoro” (2019).

Y remata: “siento que debo publicarlo en México primero. La mayoría de las personas en Estados Unidos son monolingües e ignorantes y no lo van a leer si lo publico en español. Es la primera vez que me enfrento con algo así en mi vida. En muchos periodos de la historia de la humanidad, escritores y escritoras han tenido que enfrentarse a esto (una especie de autocensura). Es sólo que nadie esperaba enfrentarse con algo así en nuestro hemisferio”.

Más sobre los creadores del proyecto

Valeria Luiselli

Es autora de libros como:

“Desierto sonoro”

“Los ingrávidos”

“La historia de mis dientes”

“Los niños perdidos”

Leonardo Heiblum

Ganador de un Oscar y ha hecho sonido y música de cintas como:

“Desierto adentro”

“Cartas a distancia”

“El lugar más pequeño”

“Tempestad”

“En el hoyo”

Ricardo Giraldo

Ha sido programador de:

Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México (FICCO)

Ambulante Gira de Documentales.

Es director de Podcasts en La Corriente del Golfo

*** ***

FRASE

“Tristemente, no hemos recorrido México libremente por carretera por las razones que, siendo ustedes periodistas, sabrán muy bien; es decir, por los peligros de algunos caminos”.

“Tristemente, no hemos recorrido México libremente por carretera por las razones que, siendo ustedes periodistas, sabrán muy bien; es decir, por los peligros de algunos caminos”: Valeria Luiselli, escritora.

Te puede interesar

Cortesía de El Economista



Dejanos un comentario: