Un despliegue de infantería de marina y fuerzas navales, con la excusa de reforzar las operaciones contra el narcotráfico de la llamada “Zona Binacional de Desarrollo y Paz con Colombia”, parece ser la excusa para posicionar una barrera que evite el eventual acceso de la Fuerza Naval de Estados Unidos al territorio continental de Venezuela.
En las últimas horas se conoció un video difundido por internet, grabado en el Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Militares del régimen de Nicolás Maduro. Allí aparece el ministro de Defensa, general Vladimir Padrino, ante un mapa de la zona norte de su país.
Sin mencionar directamente el despliegue militar de Estados Unidos en su frontera marítima con el mar Caribe, conformado por nueve buques, un submarino nuclear y más de 4.000 efectivos, Padrino describió una estrategia que, en la práctica, busca blindar el golfo de Venezuela de amenazas externas.
Al revisar el mapa del vecino país, se observa que el mar Caribe está conectado al lago de Maracaibo a través del Golfo de Venezuela y una desembocadura en un municipio conocido como San Rafael de El Moján. Si los estadounidenses pretendieran hacer un desembarco de tropas en lanchas rápidas, ese sería el acceso ideal.
Según Padrino, “el despliegue ordenado por nuestro comandante en jefe (Maduro)”, está supuestamente “destinado a reforzar una gran operación que ya se desplegó a inicios de año en la región del sur del lago, que llamamos Operación Relámpago del Catatumbo. Hoy la vamos a reforzar con 15.000 efectivos en un frente desde allá arriba, Castillete, hasta Táchira, que comprenden 851 kilómetros de los 2.219 kilómetros que tenemos de líneas fronterizas con Colombia”.
En el video, replicado por diferentes medios locales, acotó que “va a haber un despliegue importante de corredores aéreos, de helicópteros, de medios de escucha, vigilancia, inteligencia, de exploración”, con el equivalente a 60 brigadas de infantería que suman los 15.000 uniformados, con la misión de perseguir a “grupos terroristas y mafias narcotraficantes”.
“Habrá un despliegue importante de drones con distintas misiones, puntos de exploración y vigilancia, recorridos fluviales con infantería de marina por todos los ríos, especialmente en el Catatumbo, que desembocan en el Golfo de Venezuela, patrullas navales en el lago de Maracaibo, patrullas navales en el Golfo de Venezuela y buques de mayor porte más arriba al norte, en nuestras aguas territoriales”.
Padrino recalcó que este plan de refuerzo militar se da “de cara a la activación de esa Zona Binacional de Desarrollo y Paz con Colombia”, un proyecto del que han hablado los presidentes Gustavo Petro y Nicolás Maduro, pero que no cuenta con aprobación del Congreso.
El despliegue naval se suma a la activación de las Milicias Bolivarianas que anunció Maduro, así como a una ofensiva diplomática ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), donde su régimen rechazó la presencia militar de Estados Unidos en el mar Caribe.
La Misión Permanente de Venezuela ante la ONU envió una nota verbal rechazando las “acciones hostiles y las continuas amenazas” de EE.UU., tal cual consta en el documento.
Una de las críticas puntuales, es por el despliegue del submarino de propulsión nuclear y ataque rápido USS Newport News, que llegará en los próximos días.
Aunque no es claro que, además del sistema de propulsión, el submarino incluya armas nucleares, los diplomáticos venezolanos lo dieron por hecho.
“América Latina y el Caribe han sido declaradas como Zona Libre de Armas Nucleares mediante el Tratado Tlatelolco (1967), cuyo Protocolo II fue ratificado por Estados Unidos en 1971, comprometiéndose así a respetar plenamente el carácter desnuclearizado de la región y a no usar ni amenazar con usar armas nucleares contra los Estados Partes de dicho tratado”, dice la nota verbal.
Y prosigue: “El ingreso de un submarino nuclear a la región, sin transparencia sobre su carga ni reglas de empleo, vulnera el objeto y propósito de dicho instrumento jurídicamente vinculante y erosiona la confianza colectiva en la vigencia del régimen de desnuclearización regional”.
Dentro de las peticiones que formuló Venezuela a la ONU, además de exigir el cese de la militarización en el Caribe, está el llamado al Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en América Latina y el Caribe (OPANAL) “a convocar a consultas urgentes para examinar esta serie de acciones hostiles y amenazas”.
Cortesía de El Colombiano
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