Viajamos de Madrid a Lisboa en un eléctrico: así fue la prueba real que confirma que los viajes largos ya no son un problema

La idea era sencilla, pero potente: demostrar que un coche 100% eléctrico como el CUPRA Tavascan es perfectamente capaz de unir dos capitales europeas, Madrid y Lisboa, con total comodidad, eficiencia… y una buena dosis de placer al volante. Una prueba real, sobre asfalto, con un recorrido de más de 660 kilómetros, que incluía dos paradas estratégicas en puntos de carga rápida de Zunder y una comida reparadora en Mérida.

El resultado: una experiencia impecable que no solo disipa los miedos sobre la autonomía, sino que redefine lo que significa viajar en eléctrico.

Salida: CUPRA Garaje Madrid

La aventura comenzó en el CUPRA Garaje de Madrid, a primera hora de la mañana. Con la batería cargada al 100% y el navegador apuntando ya hacia Lisboa, nos pusimos en marcha sabiendo que el primer tramo nos llevaría hasta Zunder Almaraz, a 208 km de distancia. Desde el primer momento, el Tavascan se mostró como lo que es: un SUV eléctrico con alma deportiva, con un confort de marcha sublime, una aceleración limpia y silenciosa y una interfaz digital que te hace sentir en una cabina futurista. Es, sin duda, el CUPRA que rompe las reglas convencionales para una nueva generación de conductores.

Primera parada: Zunder Almaraz

Tras poco más de 2 horas de viaje, llegamos a la estación de carga rápida de Zunder Almaraz, uno de los puntos clave de este trayecto. Con más del 25% de batería restante y sin haber tenido que preocuparnos por el rango durante el camino, conectamos el Tavascan a un cargador de 150 kW y aprovechamos para estirar las piernas, revisar las estadísticas del consumo y grabar algunas tomas del entorno. En menos de 30 minutos, ya habíamos recuperado más del 80% de la batería. La eficiencia del sistema y la red de carga son dos piezas esenciales de este tipo de experiencias.

Rumbo a Mérida

La segunda etapa nos llevó desde Almaraz hasta el cargador de Zunder Lobón, en las afueras de Mérida, un trayecto de 167 kilómetros que completamos en menos de dos horas, atravesando el corazón de Extremadura. Aquí la conducción fue pura suavidad: control de crucero adaptativo, asistentes de mantenimiento de carril y un aislamiento acústico excelente que hacía olvidar los kilómetros. Al llegar, hicimos una parada más larga para almorzar, justo al lado del punto de recarga.

Carga, café y carretera

Mientras el CUPRA Tavascan recuperaba energía —una vez más en tiempo récord gracias a la red Zunder—, aprovechamos para comentar las sensaciones del vehículo. El maletero, con más de 540 litros, demostró su utilidad para un viaje largo, mientras que los asientos deportivos y el sistema de sonido premium hicieron del trayecto algo más que transporte: una experiencia envolvente. Volvimos a cargar hasta el 85% y nos preparamos para el último gran tramo.

Tramo final: hasta Lisboa

El tramo más largo del día fue también el más exigente: 294 kilómetros desde Mérida hasta el CUPRA Garaje de Lisboa, cruzando la frontera portuguesa y descendiendo hacia el Atlántico. Pero el Tavascan, con sus más de 540 km de autonomía WLTP y su excelente gestión de energía, completó el viaje sin problemas, demostrando que la ansiedad de autonomía ya no tiene sentido si se planifica mínimamente.

El placer de conducir un CUPRA

Más allá de lo eléctrico, el Tavascan ofrece algo que muchos EVs aún no logran: carácter. Su diseño rompedor, su interior digital y el comportamiento dinámico convierten cada kilómetro en una afirmación de estilo. La dirección es precisa, el chasis responde con firmeza y la aceleración es tan inmediata como adictiva. En definitiva, no es solo un coche eléctrico: es un CUPRA.

Conectividad sin fisuras

Durante el viaje, el sistema multimedia del Tavascan —con pantalla curva y control por voz avanzado— permitió sincronizar smartphones sin cables, ajustar rutas en tiempo real y recibir avisos sobre la disponibilidad de cargadores. Además, el navegador mostró con claridad las estaciones de Zunder integradas en el trayecto, lo que facilitó la planificación al máximo.

Eficiencia real y consumo ajustado

Uno de los aspectos más sorprendentes fue el consumo medio durante los más de 660 km: alrededor de 18 kWh/100 km, una cifra excelente para un SUV deportivo. Gracias a su aerodinámica optimizada y la regeneración inteligente, el Tavascan es capaz de mantener altos niveles de eficiencia sin sacrificar prestaciones.

Una red de carga que inspira confianza

Viajar en eléctrico entre dos países europeos ya no depende solo del coche, sino también de la infraestructura. Y aquí, Zunder ha demostrado estar a la altura: estaciones limpias, seguras, bien ubicadas y con potencias de carga capaces de llenar el 80% en menos de media hora. Una red que transforma la experiencia del usuario y elimina la incertidumbre.

Lisboa como destino: llegada sin estrés

A la llegada a Lisboa, el Tavascan aún conservaba un 15% de carga, más que suficiente para recorrer la ciudad o desplazarse hasta un hotel sin buscar un enchufe de inmediato. La conclusión fue clara: el viaje no solo fue viable, sino cómodo y fluido, en todos los sentidos. Nada que envidiar a un coche térmico.

¿Viajar en eléctrico? Sí, y cada vez mejor

La prueba Madrid-Lisboa ha dejado claro que, con un coche como el CUPRA Tavascan y una red bien diseñada como la de Zunder, recorrer largas distancias en eléctrico no es solo posible: es recomendable.

Sin estrés, sin ruidos, sin emisiones y con una sensación de modernidad que engancha. La movilidad del futuro ya está aquí, y viene con el sello de CUPRA.

Cortesía de Muy Interesante



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