Una opinión no muy aceptada: Lou Gramm es uno de los mejores cantantes de rock de su tiempo (1977-1987), por no exagerar y sostener que de todos los tiempo.
Como el vocalista de Foreigner mostró siempre una voz de amplio registro, muy dúctil, que puede cantar rock con fiereza indiscutible (Hot Blooded), o acometer baladas tiernas de enamoradizos (Waiting for a girl like you).
Incluso logró que su voz se destaque en la sección coral de uno de los temas más empalagosos que la humanidad recuerde: I want to know what love is (1984), del multiplatino Agent Provocateur. Si se presta atención se percibirá que, en un mar de voces, la de Lou Gramm es la que siempre navega en la línea de cubierta, con voz de mando y falsetes únicos.
Canciones bien tocadas y bien cantadas
Todo fue una feliz coincidencia: gente que busca gente. Músicos que buscan músicos… y los encuentran para formar una banda de destino incierto. “Foreigner” significa “extranjero”, y fue el nombre más simple y atinado que encontraron Mick Jones (británico, miembro de los legendarios Spooky Tooth) y Lou Gramm (neoyorquino, ex Black Sheep), para formar su banda.

Se completó con Ian McDonald, otro británico que militó en las filas de King Crimson, y tres estadounidenses más: Dennis Elliott, Al Greenwood y Ed Gagliardi. Compusieron canciones, grabaron un disco y sucedió lo inesperado: la cosa explotó y el álbum vendió cuatro millones de copias en 1977.
¿Cuál fue la fórmula? Las canciones; bien tocadas y sobre todo bien cantadas por Lou Gramm, que habló con Clarín con vistas al show que la banda brindará en Tecnópolis el 8 de mayo.
“Creo que las canciones que compusimos con Mick Jones –explica- tenían algo de especial, y eran las correctas para el tipo de rock en ese punto de la historia. La música disco venía en baja, y el rock estaba volviendo con fuerza”.
Uno no quiere corregir a una leyenda, pero a la disco todavía le faltaba su fiebre sabatina y el rock de Foreigner era un poquito ampuloso, bastante melodioso aunque sintonizaba con una frecuencia de bandas como Boston, REO Speedwagon y Toto: punto medio entre el pop romántico y el rock desaforado.
“Los fans querían escuchar buen rock –continúa Gramm-, y eso fue lo que les dimos. Las canciones se fueron desarrollando y algunas fueron muy rockeras y sucias, y otras más cristalinas y pop. No fue algo pensado, el ímpetu de las canciones venía del mismo lugar, y temas rockeros o baladas fueron aplaudidas de igual manera por parte de la audiencia. Hoy no sé si podría suceder eso; el público de aquel tiempo era más abierto y receptivo”.
80 millones de discos vendidos
El éxito popular fue inapelable: no se puede discutir con un álbum que vendió 4 millones de discos (cinco al día de hoy, y en toda su historia y discografía Foreigner supera los 80 millones), con canciones como Feels like the first time o Cold as ice, que se fueron abriendo camino, solitas, sin demasiado empuje publicitario.
Pero la voz de los críticos es como un insecto que al que no se lo ve pero se lo puede escuchar: una chicharra de opinión. Tal vez ese haya sido el factor que demoró la entrada de Foreigner al Rock & Roll Hall of Fame, que recién se produjo el año pasado, cuando podrían haber ingresado hace dos décadas. “Estoy contento de estar –puntualiza Gramm- y nunca entendí por qué no fuimos inducidos, o siquiera nominados, con nuestros contemporáneos. Pero ya no me preocupa resolver ese misterio”.
Foreigner está muy lejos de ser una banda con un solo hit: nueve temas del grupo llegaron al Top 40; aunque es verdad que I want to know what love is sobresale porque rebalsó los límites del mundo anglo y se desparramó por todo el planeta.
¿Era esta balada percibida como un éxito por la banda antes de triunfar? “Era una canción hermosa –se sincera Gramm- y yo la cantaba con mucho placer, pero creo que Atlantic Records tenía fe en que llegara al Nº1. Ese coro era magnífico y nos preocupamos porque resaltara en la canción. Y se convirtió en algo mágico, en algo fantástico”.
Idas y vueltas
Lou Gramm incluso tuvo un éxito como solista con Midnight Blue en 1987, tras el éxito abrumador de Agent Provocateur, al que le siguió una gira enorme.

“Recuerdo -dice- que tocamos alrededor de un año y medio, y cuando regresamos Mick Jones nos dijo que no iba a estar disponible por un año porque iba a llevar a su mujer a un crucero. Necesitábamos un descanso, pero al mes me comenzó a picar el bichito y me junté con el que fuera bajista de Black Sheep, mi banda anterior, y compusimos canciones que llevé a Atlantic Records”.
Y agrega: “Me preguntaron si había más, y así fue que edité mi disco solista Ready or not, salimos de gira como soportes de Steve Miller Band y cuando Mick Jones estuvo nuevamente disponible, yo ya estaba listo para otro disco de Foreigner”. Ese álbum se llamó Inside Information”.
El cantante en algún punto de los años ’90 dejó Foreigner, después volvió y se fue nuevamente. Pero un evento de esos que cambian la vida de las personas le hizo recalcular todo, incluida su existencia. Por unas migrañas recurrentes, problemas de visión y pérdida de memoria, hizo una consulta médica en 1997 que derivó en una resonancia magnética. El resultado lo pulverizó: un tumor cerebral inoperable.
“Consulté a dos o tres cirujanos especializados en remover ese tipo de tumores. Dos de ellos me llamaron a su oficina y me dijeron que pusiera mis asuntos en orden, y que me quedara en casa hasta que lo inevitable sucediera. Volví a mi casa para morir. Una noche, viendo el programa 60 minutes apareció un médico hablando de operaciones cerebrales con láser, del tipo de tumor que yo tenía”.
Gramm habló con la secretaria del galeno; dos días después estaba en Boston, y al siguiente lo operaron. Sus chances eran minúsculas. “La operación duró 19 horas y recuerdo hablar con el médico y asombrarme de lo largo que había sido, y aun así, el hombre me vino a visitar al toque. Hasta que me dijo: ‘Lou, no te operé ayer, pasaron ya dos días de la operación’”.
“La recuperación -prosigue- fue muy difícil, y llevó no menos de tres años, porque después de una cirugía tan profunda, tu cerebro tiene que volver a conectar todo de nuevo. El doctor me dijo que no quería que saliese de gira por un año y medio, pero a las cinco semanas ya estaba de vuelta en Japón de gira con Foreigner. ¿Cómo me siento ahora? Fantástico”.
En vivo en Buenos Aires
Esta será la segunda presentación de Foreigner en Argentina, pero la primera para Lou Gramm, que no estuvo en la formación anterior. “Estoy seguro porque esperé toda mi vida para poder tocar en Argentina y conocer Buenos Aires. Lamentablemente, Mick Jones no vendrá esta vez por su problema con el Parkinson, pero en dos años se cumplen los 50 de Foreigner y quizás podamos reunirnos todos una vez más. Esta formación que tenemos ahora es muy buena”.

¿Y cómo se siente ser “invitado especial” de un grupo en el que supo ocupar una posición de líder? “Es algo bueno, me fui del grupo en el 2005, pero ante la ausencia de Mick Jones por sus temas de salud, alguno de nosotros tenía que estar en la gira. Y la banda actual es muy eficiente, así que estos shows van a ser muy divertidos para mí, y desde una posición muy cómoda, muy conveniente para alguien que pasó 19 horas en el quirófano con la cabeza abierta”.
Cortesía de Clarín
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