Volkswagen entra en números rojos en 3T por los aranceles de EU y problemas en Porsche

Una costosa corrección de rumbo en la filial Porsche asestó a Volkswagen un duro golpe en el tercer trimestre, que se tradujo en una pérdida operativa de 1,300 millones de euros (1,520 millones de dólares) y acumuló miles de millones más en costes, además de la presión de los aranceles estadounidenses.

Volkswagen contabilizó 4,700 millones de euros en cargos debido al cambio de estrategia de Porsche sobre los modelos eléctricos en los primeros nueve meses, al tiempo que se esperaba que los aranceles de importación de Estados Unidos costaran al mayor fabricante de automóviles de Europa hasta 5,000 millones de euros este año, dijo la empresa el jueves.

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“Esos efectos seguirán persistiendo y por eso debemos aplicar rigurosamente los programas de rendimiento en marcha, impulsar medidas de eficiencia y desarrollar nuevos enfoques”, dijo el director financiero, Arno Antlitz, en un comunicado.

Antlitz se refirió a un “panorama mixto” en lo que va de año y señaló la fuerte demanda de vehículos eléctricos de Volkswagen en Europa y los avances en la reestructuración, pero también la presión sobre los márgenes por el cambio a la electricidad. La pérdida operativa de Volkswagen en el tercer trimestre fue inferior al beneficio operativo del grupo de 2,800 millones de euros del año anterior, pero menos grave que la pérdida de 1,700 millones de euros prevista por los analistas en una encuesta realizada por Visible Alpha.

Las acciones de Volkswagen subían un 1.2% en las primeras operaciones en Fráncfort tras la publicación de los resultados trimestrales.

Porsche, propiedad de Volkswagen en un 75.4%, también registró números rojos en el tercer trimestre, después de haber retrasado el lanzamiento de vehículos eléctricos, un intento de recuperar a los consumidores con híbridos y motores de combustión.

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El presidente del Consejo de Administración de Volkswagen, Oliver Blume, también lo es de la de Porsche, pero dejará el cargo a finales de año y mantendrá únicamente su puesto al frente de la empresa matriz.

Los inversores habían cuestionado cada vez más su capacidad para dirigir las dos empresas simultáneamente en un momento de grandes retos para ambas.

Volkswagen mantuvo sus previsiones para todo el año, pero dijo que se basaban en la hipótesis de un suministro adecuado de semiconductores, lo que apunta al próximo frente de batalla del fabricante de automóviles, en un momento en que el conflicto comercial con el fabricante neerlandés de chips Nexperia amenaza con paralizar la producción en la industria del automóvil.

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Cortesía de El Economista



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