Wong Kim Ark, el cocinero de padres chinos cuyo caso estableció la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos que ahora quiere eliminar Trump

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“Nosotros, el pueblo de Estados Unidos”, se lee en la primera línea de la Constitución estadounidense.

Pero quiénes forman ese pueblo ha estado en cuestión casi desde la fundación del país a finales del siglo XVIII.

También ahora, después de que el presidente Donald Trump firmara una orden ejecutiva con la que pretendía poner fin a la ciudadanía por nacimiento vigente desde hace décadas en el país.

Como parte de su ofensiva contra la inmigración irregular, Trump rechaza que los hijos de los extranjeros no residentes en Estados Unidos nacidos en el país reciban automáticamente la ciudadanía estadounidense, como ahora sucede.

Trump rechaza la ciudadanía por nacimiento como algo “ridículo” que ha concedido el “privilegio” de la ciudadanía estadounidense a “gente no cualificada”.

Pero los tribunales han suspendido la orden de Trump y un juez federal de Washington la tachó de “abiertamente inconstitucional”.

En realidad, Trump y el movimiento conservador intentan reabrir una cuestión que los tribunales estadounidenses zanjaron hace mucho tiempo, concretamente en 1898.

Fue entonces cuando Tribunal Supremo falló a favor de un humilde cocinero de origen chino en su batalla judicial contra el Gobierno de Estados Unidos.

Se llamaba Wong Kim Ark y esta es su historia.

Donald Trump muestra una de las órdenes ejecutivas que ha firmado en el Despacho Oval.

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Quién era Wong Kim Ark y por qué era ciudadano de Estados Unidos

Wong Kim Ark era un humilde cocinero nacido en San Francisco en el seno de una familia de inmigrantes chinos.

Muchos habían llegado al país en la segunda mitad del siglo XIX huyendo de las penurias en su país y en busca de los trabajos que habían surgido con la construcción del ferrocarril hacia el oeste y la abolición de la esclavitud tras la guerra civil.

En ciudades como San Francisco se habían formado guetos chinos como el que vio nacer a Wong Kim Ark.

Carol Nackenoff, profesora emérita de Ciencias Políticas en el Swarthmore College de Estados Unidos y autora de un libro centrado en la vida de Wong Kim Ark y su lucha por la ciudadanía, le dijo a a BBC Mundo: “No sabemos exactamente cuándo, pero sus padres habían llegado al país hacía 1860 y el padre se estableció como comerciante”.

Algunos documentos afirman que nació en 1870, otros que lo hizo en 1873.

Sea como fuere, Wong Kim Ark vino al mundo después de la ratificación en 1868 de la XIV Enmienda a la Constitución, que estableció la ciudadanía por nacimiento.

Fotografía de Wong Kim Ark.

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La enmienda buscaba terminar con la discriminación que seguían sufriendo los afroamericanos en muchos estados del sur en los que se les negaba la condición de ciudadanos pese a haber sido abolida la esclavitud.

Hasta entonces, muchos negros en gran parte del país, como los pueblos originarios norteamericanos hasta décadas después, estaban excluidos de eso que la Constitución llama “el pueblo de Estados Unidos”.

La enmienda afirmó que “todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos, y sujetas a su jurisdicción, son ciudadanos de los Estados Unidos y del Estado en que residen” y prohibió a los estados aprobar leyes que restringieran los derechos de los ciudadanos.

En consecuencia, el pequeño Wong Kim Ark y los otros descendientes de chinos nacidos en Estados Unidos deberían ser considerados estadounidenses de pleno derecho.

Pero no todos en el país estaban de acuerdo con eso, como tampoco lo estaba el gobierno federal, que acabaría llevando el caso de Wong Kim Ark hasta la más alta instancia judicial para tratar de negarle su ciudadanía.

Xenofobia contra los chinos en Estados Unidos

Comerciantes chinos en una tienda en una imagen de época.

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En aquellos años los chinos y sus descendientes sufrían una creciente hostilidad de grupos locales que los culpaban de ocupar puestos de trabajo por sueldos inferiores a los de los blancos.

Escritos de la época los presentaba como “inasimilables” y se les acusaba de ser adictos al opio, fomentar la prostitución y seguir siendo súbditos del emperador de China pese a encontrarse en Estados Unidos.

Una creciente retórica antichina se había ido imponiendo y los estados de California y Oregón habían aprobado leyes que los excluían de ciertos trabajos y espacios sociales, y les impedían adquirir propiedades.

Las presiones de los sindicatos de trabajadores blancos de California llevaron finalmente a que el Congreso aprobara en 1882 la Ley de Exclusión China, que estableció la deportación de todos los chinos presentes en Estados Unidos y les negó toda posibilidad de nacionalización.

El objetivo declarado de la ley era “proteger” a “los blancos de los estados del Pacífico” contra “la asociación degradante y destructiva con una raza inferior que ahora amenaza con invadirlos”.

Ya antes de eso el clima de hostilidad había llevado a pogromos contra los chinos de California que probablemente sacudieron la cerrada comunidad de inmigrantes en la que crecía el bebé Wong.

En uno de los más sangrientos, en octubre de 1871, una turba de blancos arrasó el barrio chino de Los Ángeles, matando a cuchilladas, tiros o ahorcándo a 18 personas.

Amanda Frost, de la Escuela de Leyes de la American University de Washington, que ha investigado el caso de Wong, le dijo a BBC Mundo que “sabemos que Wong Kim Ark se marchó con su familia, quizá en respuesta a los ataques y la acción de los grupos terroristas blancos”.

Una viñeta publicada hacia 1880 muestra a unos chinos en un fumadero de opio.

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El pequeño Wong se marchó, pero volvería unos años después, cuando apenas contaba once, y empezaría a buscar trabajo como cocinero. El trabajo infantil era habitual en aquella época.

Su vida discurrió a partir de entonces entre las pocas cuadras del gueto chino de San Francisco, donde la comunidad de origen chino vivía sin apenas contacto con los estadounidenses blancos, y la propia China, a la que viajó en varias ocasiones y donde creó una familia que mantuvo a distancia durante años, como era habitual entre los inmigrantes chinos de la época.

“En aquel entonces casi no había mujeres chinas en Estados Unidos y el matrimonio con una mujer blanca era inconcebible, por lo que si quería encontrar una esposa, tenía que ser en China”, explicó Nackenoff a BBC Mundo.

Amparado en la condición de ciudadano que la XIV enmienda le había reconocido, Wong Kim Ark viajó varias veces a China, pero siempre que desembarcaba de los vapores en los que atravesaba el Pacífico debía superar los exhaustivos cuestionarios de los agentes de inmigración, con frecuencia reacios a creer en la palabra y los documentos de alguien con rasgos orientales.

Wong Kim Ark estaba probablemente acostumbrado a todo eso y, como otros, había aprendido a sortear las trabas.

Pero cuando en agosto de 1895 regresó de China a bordo del S.S. Coptic no imaginaba que esa vez el trámite migratorio iba a resultar más largo y difícil que nunca.

Un caso para sentar un precedente

Los nueve jueces de Tribunal Supremo de Estados Unidos, en una imagen de archivo.

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Las autoridades impidieron la entrada a Wong, que fue obligado a permanecer en el barco en el que había llegado.

Cuando este tuvo que zarpar fue transferido a otro y más tarde a otro. Así pasó meses.

Según explica Frost, “el gobierno seguía negando la condición de estadounidenses a los hijos de chinos y llevaba tiempo buscando un caso con el que desafíar la doctrina de la ciudadanía por nacimiento ante el Tribunal Supremo”.

El elegido sería Wong Kim Ark.

Para entonces la comunidad china había creado colectivos de apoyo con los que defenderse de la hostilidad social e institucional y así habían surgido las conocidas como “Seis Compañías Chinas”, organizaciones que empezaron a defender públicamente los derechos de los chinos.

Tras la aprobación de la Ley de Exclusión China, las “Seis Compañías” comenzaron a recurrir judicialmente numerosas detenciones y órdenes de deportación contra personas de origen chino.

Sus responsables parecieron entender la importancia de lo que estaba en juego en el caso de Wong Kim Ark. Si el Supremo fallaba en su contra, la XIV enmienda y la ciudadanía de miles de hijos de inmigrantes quedaría en papel mojado.

Así, las Seis Compañías proveyeron a Wong de un equipo de abogados de primer nivel que probablemente no hubiera podido pagar solo, entre los que figuraban prestigiosos juristas blancos como J. Hubly Ashton, profesor en la Universidad de Georgetown, y Maxwell Evarts, quien llegaría a ser miembro de la Cámara de Representantes de Vermont.

Evarts era también consejero de las compañías que construían el ferrocarril en la costa oeste e interesadas en mantener la oferta de mano de obra china, otra de las razones por las que un cocinero de bajos ingresos como Wong Kim Ark estuvo tan bien representado ante el Supremo.

Los argumentos ante el Supremo en el caso de Wong Kim Ark

No sería hasta un año y medio después cuando comenzó finalmente la audiencia ante el Supremo.

Los representantes del gobierno, encabezados por el procurado general, Conrad Holmes, un veterano que había combatido en las filas secesionistas en la Guerra Civil, intentó convencer a los jueces de que la XIV Enmienda no amparaba a los descendientes de chinos, por más que hubieran nacido en Estados Unidos.

Según él gobierno, al hablar de los nacidos en Estados Unidos y “sujetos a su jurisdicción”, la enmienda excluía a los chinos que, aunque nacidos en el país, se habían mantenido como súbditos del emperador de China y formaban “una mancha asquerosa y degradante” para la república.

Los abogados de Wong replicaron que ya en el debate de la Enmienda en el Congreso se había establecido que la alusión a la jurisdicción solo excluía de la ciudadanía a los hijos de diplomáticos extranjeros, invasores hostiles y a las tribus indígenas.

También resaltaron que negar la ciudadanía por nacimiento les privaría de ella a los antiguos esclavos, claramente el colectivo al que se había querido proteger con la enmienda.

Pero hubo un argumento quizá más convincente del lado de Wong.

“Los abogados de Wong Kim Ark sabían que el Tribunal Supremo era bastante racista entonces e hicieron ver a los jueces que adoptar la tesis del gobierno implicaría que los descendientes de ingleses, irlandeses, alemanes y otros europeos blancos que habían sido siempre considerados ciudadanos dejarían de serlo”.

Finalmente, el 28 de marzo de 1898, se conoció la decisión. Wong había ganado.

Desde entonces era indiscutiblemente ciudadano de Estados Unidos, como deberían serlo todos los nacidos en territorio estadounidense independiente del origen de sus padres o el color de su piel.

Qué pasó con Wong Kim Ark

Según Frost, “tras el triunfo de Wong Kim Ark, los agentes federales de inmigración no se dieron por vencidos y el gobierno trató de establecer otras restricciones de facto a la ciudadanía por nacimiento”.

Para ser admitido en Estados Unidos, los estadounidenses hijos de chinos tenían que presentar a menudo algún testigo y a ambos se les sometía a entrevistas por separado en las que debían responder sin contradecirse a preguntas cómo cuántos peldaños tenía la escalera de su casa en China o hacia dónde miraba el edificio de la escuela de su aldea natal.

Inmigrantes hacen fila en el centro de procesamiento de extranjeros de Ellis Island, Nueva York.

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También eran a menudo detenidos dentro del territorio solo por sus rasgos orientales y sometidos a exámenes físicos en los que se les hacía desnudarse completamente y se exploraban sus partes íntimas; todo, en un esfuerzo por encontrar un pretexto para negarles la permanencia en el país.

Según explica Frost, “muchos inmigrantes chinos aprendieron cómo contestar en las entrevistas, aportar los documentos o incluso presentar casos falsos para engañar a las autoridades de inmigración”.

De hecho, muchos años después, en 1960, uno de los supuestos hijos de Wong, Han Juen, admitió en el proceso para obtener la residencia permamente que había mentido y en realidad no le unía ningún parentesco con él.

¿Cómo vivió Wong todo su periplo judicial? ¿Le afectó el rechazo del país en el que había nacido?

“No tenemos evidencia directa, pero sabemos que cuando tenía unos 60 años y ya no conseguía trabajo como cocinero decidió marcharse de Estados Unidos”, dice Nackenoff.

En 1931 partió y nunca regresó, pero su caso sigue siendo el muro que protege la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos de los intentos de Donald Trump por acabar con ella.

Aunque como demuestran las acciones del presidente, el debate sobre quiénes forman realmente “el pueblo de Estados Unidos” no se ha cerrado.

Línea.

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Cortesía de BBC Noticias



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