Desde Beijing
Los ojos del mundo entero estarán puestos esta semana en dos puntos geográficos del gigante asiático: la plaza Tiananmén en Beijing y la ciudad portuaria de Tianjin. La emblemática explanada, ubicada en el corazón de la capital china, será el escenario sobre el que se montará el presidente Xi Jinping el martes para realizar una demostración de fuerza global. Con motivo del 80° aniversario de la victoria en la Guerra de la Resistencia China contra la Agresión Japonesa (1937-1945), el mandatario asiático encabezará un multitudinario acto ante una veintena de jefes de Estado y protagonizará el desfile militar más imponente de los últimos años. Las presencias del ruso Vladimir Putin y el norcoreano Kim Jong-un potencian la relevancia geopolítica del evento.
En la previa a la celebración del 3 de septiembre, Xi Jinping oficia este domingo y lunes de anfitrión de la 25ª Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái, que se presenta como una verdadera plataforma del multilateralismo. La composición fotográfica de ambos eventos constituirán un fuerte mensaje para el orden occidental que guía Washington.
Encuentro estratégico en Tiananmén
Decenas de miles de soldados, todos encolumnados, marcharán este martes junto a veteranos de guerra sobre la amplia y lujosa avenida Chang’an. Estarán escoltados por tanques de última generación y, en el cielo, sobrevolarán cientos de aviones y helicópteros del Ejército Popular de Liberación. Además, se presentarán sistemas hipersónicos, drones y una amplia gama de armas. El objetivo del ampuloso despliegue –explicó Wu Zeke, subdirector de la Oficina del Grupo Dirigente del Desfile Militar– es exhibir la “nueva estructura de sus Fuerzas Armadas, los recientes avances en materia de modernización y sus logros en la preparación para el combate”.
Entre la escudería militar y los arreglos florales, compuestos por un centenar de plantas y dispuestos a lo largo de Tiananmén, se podrán visualizar las figuras de Vladimir Putin y Kim Jong-un. Formarán parte de un grupo de 26 mandatarios que escucharán el discurso de Xi Jinping desde la tribuna. Entre los asistentes también se destacarán el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian; y su par Cuba, Miguel Díaz-Canel; y otros representantes de gobiernos latinoamericanos como Celso Amorim, asesor del mandatario brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva; Laureano Ortega, enviado del nicaragüense, Daniel Ortega; y Jorge Rodríguez, titular del Parlamento venezolano y mano derecha de Nicolás Maduro.
A modo de homenaje, el gigante asiático también invitó a personalidades extranjeras que contribuyeron en la victoria china. Se trata de 50 sobrevivientes y familiares, que son reconocidos por haber colaborado en el conflicto bélico contra el imperialismo japonés, en el que murieron millones de chinos. Llegarán desde Rusia, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Canadá, entre otros catorce países.
Según el gobierno chino, la lista de invitados fue diseñada a partir de tres elementos: alto nivel, fuerte representatividad y amplia participación. “La gran cantidad de jefes de Estado y de gobiernos refleja la importancia que estos países otorgan a las conmemoraciones organizadas por China y sus sentimientos amistosos hacia su pueblo”, resaltó el ministro adjunto de Relaciones Exteriores, Hong Lei, durante una conferencia de prensa. “Los asistentes provienen de los cinco continentes, lo que demuestra el amplio reconocimiento de la comunidad internacional a las contribuciones históricas de China en la Guerra de Resistencia contra la Agresión Japonesa y su importancia global”, completó.
El encuentro de Xi con Putin, Kim y una veintena de jefes de Estado lo colocará en el centro de la agenda internacional y potenciará la idea de Beijing como contrapunto del orden que pretende imponer Donald Trump desde Washington. El presidente estadounidense busca desde hace tiempo un compromiso de Putin para frenar la guerra en Ucrania. Sus intervenciones, por el momento, no tuvieron éxito. La semana pasada también manifestó su interés en restablecer los canales diplomáticos con Kim. “Realmente me llevo muy bien con él”, dijo Trump tras reunirse con su par surcoreano, Lee Jae-myung. Desde Pyongyang, por ahora, no emitieron ninguna respuesta. Ambos serán figuras destacadas del acto que protagonizará el martes Xi Jinping y representarán una muestra de apoyo en la disputa con Estados Unidos.
Cumbre en Tianjin
En la previa a las celebraciones por la victoria contra el fascismo japonés, el mandatario chino recibió a mandatarios que participan de la Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. Se trata del mayor encuentro en la historia del foro euroasiático, que representa a casi la mitad de la población mundial y una cuarta parte del PBI mundial.
En medio de las negociaciones por el alto el fuego entre Rusia y Ucrania y las tensiones políticas y económicas derivadas de la guerra comercial de Trump, la cumbre de este año toma mayor dimensión. En ese marco, Xi Jinping se reunió –por ejemplo– con el primer ministro indio, Narendra Modi, días después del duro arancel (50 por ciento) que Estados Unidos le aplicó a India. A pesar del deterioro de sus relaciones en el último tiempo, los jefes de Estado mantuvieron un encuentro bilateral en el que se comprometieron a resolver sus diferencias fronterizas y a fortalecer la cooperación entre ambas naciones.
De la Cumbre, además de Putin y Modi, también participan el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el secretario general de la ONU, António Guterres; y una extensa lista de líderes de Asia Central y del Sudeste Asiático. El objetivo, plantean, es contraponer el modelo unilateralista y de confrontación de Estados Unidos con otro de cooperación y apertura. “Las mentalidades de la Guerra Fría quedaron obsoletas”, sentencian en Beijing.
Cortesía de Página 12
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