Y ahora… ¡el bilateral de aviación!

En medio de la crispación que existe en las relaciones México-Estados Unidos, hoy enfrentamos un desencuentro más, relativo al convenio bilateral de aviación revisado en 2015, el cual -acusa el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT)- fue violentado al restringirse los slots del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (de 61 a 43 operaciones por hora como máximo) y trasladar de manera forzosa a todas las aerolíneas exclusivas de carga al AIFA.

Aunque todo ello ocurrió en el sexenio pasado, la queja del DOT es que nunca se ha justificado la reducción de operaciones en el AICM, ni se ha hecho la remodelación prometida cuando se decretó la limitante, además de que se violaron los términos del bilateral al trasladar las cargueras al AIFA de la forma como se hizo.

Las sanciones que hoy la autoridad del transporte de EU está previendo van desde obligar a las aerolíneas mexicanas a informar al DOT de todos sus itinerarios, tipo de avión, número de pasajeros, etc. antes del 29 de julio, además que los vuelos charter van a requerir de aprobación específica. Además, amenaza con prohibir la alianza entre Delta y Aeroméxico, una joint venture que no sólo ha traído beneficios a Aeroméxico sino a la aerolínea de aquel país. Todo ello va a entorpecer la buena marcha del transporte aéreo bilateral, calculado en más de 35 millones de personas anuales.

Fuera de las razones técnicas que ha esgrimido México (discutibles, pero que podrían ponerse sobre la mesa para llegar a un eventual acuerdo), lo cierto es que estos dos temas no fueron tratados en México de la mejor manera.

Desde que se tomaron las decisiones, el DOT de Biden mandó cartas, se inconformó de diversas maneras e incluso hubo amagos de iniciar las sanciones que hoy están por cumplirse, pero el gobierno mexicano las desestimó en su momento y desde entonces no hubo ningún esfuerzo por acercar posiciones o explicar las justificaciones técnicas. Dicho de otro modo, “los ningunearon”, y la administración Trump, como sabemos, no se anda con chiquitas, así es que utilizarán este y cualquier otro argumento, para llevar el tema del convenio bilateral a donde ellos quieran.

Desde hace meses comentábamos en este espacio que han pasado 10 años desde la última revisión del bilateral aéreo y era muy probable que este año se reabriese la discusión para llevarlo más allá de lo ya negociado, hasta los cielos abiertos que el gobierno de Estados Unidos ha tratado de incluir en sus bilaterales con todos los países del mundo.

Nunca ha sido un día de campo la revisión de un bilateral. Hace 10 años hubo presiones muy fuertes para que México aceptara un convenio con cielos abiertos, lo cual, sin duda, modificaría por completo el horizonte de nuestro transporte aéreo. Con estos argumentos, EU podría presionar aún más en ese sentido y la aviación es otra ficha en su política de expansión comercial.

Se ha insistido mucho en una política aeronáutica de Estado y una de las razones que soportan esta necesidad es que sea México mismo el que decida a dónde quiere llevar su aviación y no que se vaya moviendo al son que otros países le toquen. Más claro ni el agua.

Cortesía de El Economista



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