Los Estados clave se preparan para una ola de desinformación y posibles disturbios en la noche electoral
Los funcionarios electorales en los Estados más competidos se preparan ante la previsible avalancha de desinformación, teorías conspirativas, amenazas y posibles actos de violencia en la jornada electoral del próximo martes. En Filadelfia (Pensilvania), Detroit (Míchigan) y Atlanta (Georgia), tres de los objetivos preferidos de Donald Trump en sus acusaciones de fraude electoral, las autoridades tratan de reforzar sus protocolos para evitar una repetición del caos vivido en 2020.
Algunas oficinas de recuento de votos están rodeadas por alambre de púas. Hay, también, oficinas electorales protegidas por cristales a prueba de balas. En Estados como Wisconsin, los trabajadores electorales han sido capacitados en técnicas específicas y los centros de votación han asegurado rutas de escape en caso de que sus trabajadores sean amenazados por manifestantes. Y en Arizona, uno de los epicentros de las acusaciones falsas de fraude hace cuatro años, las autoridades trabajan para responder a la desinformación.
Con Donald Trump y Kamala Harris en situación de empate técnico en las encuestas, muchos funcionarios subrayan que hay que no pueden predecir ni controlar: qué dirán el republicano y sus aliados en la noche electoral, mientras se siguen contando los votos. “Si es una elección reñida, ellos van a utilizar todo lo que puedan”, sintetiza Lisa Deeley, comisionada demócrata de la ciudad de Filadelfia. (Reuters)
Cortesía de El País
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