Mucho se habla de la enorme tradición que el Día de Muertos representa en México, pero lo que muchos no saben, es que la brujería también tiene un lugar especial dentro de la sociedad, pues incluso desde la época de la Colonia surgieron ritos, supersticiones y leyendas. Lo curioso es que todo lo que conocemos sobre la brujería hoy en día, proviene de un libro religioso: el Malleus Maleficarum, o también conocido como el Martillo de las brujas.
De qué trata el Malleus Maleficarum
Esta es una publicación de 1487 escrito por dos frailes dominicos alemanes: Heinrich Kramer y Jacob Sprenger. En este libro se describen principalmente los rituales y las prácticas que supuestamente ejercían las brujas durante los siglos XVI y XVII en Europa, y se volvió tan famoso y tan importante que durante casi 200 años se extendió por todo el mundo y se utilizó en los juicios para condenar a las personas acusadas de brujería.
Sin embargo, fue el Papa Inocencio VIII quién reconoció oficialmente en 1484 la existencia de las brujas, su creencia y sus prácticas, y se catalogaron como herejía. Además, se nombró a Heinrich Kramer y a Jacob Sprenger como cazadores de brujas, y gracias al decreto oficial del Papa, el Malleus Maleficarum sería publicado un par de años después, convirtiéndose en el manual oficial para cazar brujas.
Pero, si sucedió en Europa, ¿qué tiene que ver con México? La respuesta es la colonización. Durante la época de la Nueva España todas aquellas creencias religiosas así como las supersticiones cobraron relevancia dentro de la sociedad, sin mencionar, que la mezcla de castas, costumbres y creencias de otros pueblos que llegaron a la Nueva España, principalmente indígenas, africanas y españolas, conformaron una nueva identidad cultural.
Brujería Novohispana
El Malleus Maleficarum describía rituales como el Sabbat (también conocido como el Aquelarre), donde supuestamente las brujas realizaban hechizos, actos de invocación o adoración al Lucifer. Pero la verdadera razón, describe Jules Michelet, es que muchas veces solo se utilizaba como pretexto para condenar a las mujeres. Algunas fueron colgadas o quemadas por saber usar hierbas medicinales, por leer libros, o incluso por el mero hecho de ser bonitas.
En la Nueva España la brujería tuvo un matiz especial, pues a diferencia de Europa, a las castas que practicaban hechicería se les asociaba con fines medicinales, magia para atraer a los hombres o hechizos para deshacerse de sus rivales. Diversos estudios en la materia sugieren por ejemplo, que la medicina casera escapaba al control de la Iglesia o las instituciones médicas, por lo tanto favorecía la sospecha de que las mujeres practicaban brujería y hechicería.
Otro punto es que usualmente los juicios de brujería se llevaban a cabo principalmente contra gente iletrada o pobres. En las actas de la inquisición abundan los casos contra castas negras, mulatas, mestizas y moriscas; pero no existen registros de que el Santo Oficio quemara mujeres hispanas, criollas o extranjeras. Además, el edicto del Santo Oficio que condenaba a las brujas fue expedido en México el 8 de marzo de 1616.
Supersticiones, ritos y leyendas de la brujería en México
Es curioso que los ritos, hechizos y remedios de la supuesta brujería, se transmitían de mujer a mujer de manera oral. Es decir, se pasaban las recetas unas a otras y regularmente se hacia en los mercados, haciendas o centros urbanos. La brujería entonces, tuvo un desarrollo económico importante, pero sobre todo, una mayor mezcla de información proveniente de todo tipo de castas.
Las supersticiones más comunes eran: las artes adivinatorias para revelar secretos o hacer pactos con los demonios; y los conjuros, ensalmos y hechicerías para alcanzar bienes o librarse de males. Así lo describe el libro Con el Diablo en el cuerpo de la investigadora mexicana Esther Cohen.
Los ritos por otra parte, incluían ceremonias para comunicarse con seres queridos fallecidos o entes; la utilización de riquezas, amuletos y plantas como oro, plata, huesos, semillas, peyote, chocolate o hierbas; y los maleficios utilizados para ligar casados, tullir personas de alguna extremidad del cuerpo o hacerlos caer en una grave enfermedad.
En cuanto a las leyendas, existen una gran variedad de historias que involucran brujería, hechicería o seres de otros planos como los nahuales o incluso la misma Llorona. Pero quizá la leyenda que mejor ejemplifique la brujería, es el relato conocido como: La mulata de Córdoba.
Esta historia cuenta que una mujer mulata llamada Soledad fue aprisionada en 1618 por actos de brujería que involucraban la utilización de hierbas y rituales para predecir eclipses o conjurar tormentas. Además, se decía que tenía el poder de hacer que los hombres cayeran rendidos ante ella.
La Santa Inquisición al enterarse, no dudó en enviarla al fuerte de San Juan de Ulúa, en el puerto de Veracruz, y su castigo fue terrible: la condenaron a muerte. Pero Soledad era una mujer muy astuta. Un día convenció a un guardia de darle un trozo de carbón, y con él, se puso a pintar un barco que tenía velas enormes, el cual parecía que en cualquier momento podría zarpar.
Más tarde, mientras una tormenta azotaba el puerto de Veracruz, Soledad preguntó al guardia que le hacía falta a su barco, y este le respondió: “que navegue”. Acto seguido, la mulata saltó al barco que estaba dibujado en las paredes de su celda y desapareció en la tormenta…
La brujería hoy en la actualidad
A día de hoy la brujería suele asociarse más con Halloween y con Hollywood. Es indudable que su impacto cultural e histórico tenga mayor auge en Europa o Estados Unidos, después de todo, la mayoría de cosas que conocemos de brujería provienen del Malleus Maleficarum.
Pero aún con la influencia más popular, la brujería en México siempre ha sido un tanto diferencial, ha tenido una presencia importante en la cultura de la sociedad, e incluso en la actualidad se pueden seguir encontrando recetas o maleficios en mercados populares o en sitios dedicados al ocultismo.
Esta es quizá la mejor época para hablar de ello, porque a pesar de Halloween o del Día de Muertos que suelen tener más atención, la brujería sigue siendo un tema muy vigente. Para muestra, en años recientes se lanzó la película de terror peruano-mexicana: Huesera, la cual tuvo varios premios y reconocimientos, y que sin duda retoma la brujería como trama central de la película.
En conclusión, la brujería puede parecer un producto más extranjero al tener su origen en Europa del siglo XVI, pero no cabe duda que la influencia llegó hasta la Nueva España, donde la mezcla de castas y creencias hizo que la brujería tomara su propia identidad, convirtiéndola en uno de los elementos con mayor presencia cultural en México y Latinoamérica.
Cortesía de Xataka
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