Una nave espacial con ADN y restos humanos cae al océano por un fallo en la reentrada

Pocas veces un fracaso técnico encierra tantas historias personales. A bordo de la cápsula Nyx, desarrollada por la startup alemana The Exploration Company, viajaban cenizas y muestras de ADN de más de 160 personas. Eran restos enviados por familiares que deseaban darles un homenaje único: llevarlos al espacio. El vuelo, sin embargo, no terminó como se esperaba. Tras un problema durante el aterrizaje, la cápsula cayó al océano Pacífico el 24 de junio de 2025 y toda la carga quedó irrecuperable.

Lo que debía ser un paso simbólico y tecnológico hacia el futuro de la exploración espacial comercial, acabó siendo una misión agridulce. La empresa lo calificó como un “éxito parcial (fracaso parcial)” y aún investiga qué salió mal. Pero más allá de lo técnico, este caso abre un debate fascinante: ¿qué cargas estamos empezando a enviar al espacio y por qué? ¿Qué significa que hoy día sea posible subir al espacio restos humanos o incluso cannabis, como ocurrió en este mismo vuelo?

Es posible que esta noticia la hayas visto por varios sitios, aquí te respondemos todas las preguntas: ¿Dónde se ha estrellado la cápsula espacial con restos humanos?, ¿qué llevaba la cápsula espacial Nyx cuando cayó al océano?, ¿qué ha fallado en la reentrada de la cápsula Nyx?, ¿por qué había ADN humano y cannabis en una misión espacial?, ¿qué empresa está detrás de esta misión espacial fallida?, ¿qué es Celestis y por qué envía cenizas al espacio?, ¿cuál es el objetivo de enviar cannabis al espacio?, ¿qué significa que una misión sea un “éxito parcial”?, ¿es posible enviar restos humanos al espacio de forma segura?

Un homenaje en órbita que terminó bajo el mar

La cápsula Nyx se lanzó el 23 de junio desde la base de la Fuerza Espacial de Vandenberg (EE.UU.), a bordo de un cohete Falcon 9 en una misión de transporte compartido conocida como Transporter-14. A bordo viajaban más de 300 kilogramos de carga útil, entre ellos restos de personas fallecidas provistos por Celestis, una empresa de Texas especializada en vuelos conmemorativos al espacio. El objetivo era llevar los restos al espacio, realizar una órbita terrestre y volver en una reentrada controlada. Todo salió bien hasta ese punto.

En palabras de The Exploration Company, “La cápsula fue lanzada con éxito, activó las cargas útil de forma nominal en órbita, se estabilizó tras separarse del lanzador, reingresó y restableció la comunicación después del apagón”. No obstante, algo falló justo antes del amerizaje. La cápsula debía desplegar sus paracaídas para aterrizar suavemente, pero no lo hizo. La consecuencia fue clara: “Perdimos la comunicación unos minutos antes del amerizaje”. La cápsula cayó bruscamente al océano y toda su carga quedó perdida.

Cápsula Nyx, representación artística. Fuente: The Exploration Company

Entre el riesgo tecnológico y la promesa emocional

Para la empresa, el vuelo representaba su primer intento de enviar una cápsula con carga real al espacio y traerla de vuelta. El resultado fue un golpe duro. “Hemos estado superando límites en un tiempo y coste récord. Este éxito parcial refleja tanto la ambición como los riesgos inherentes a la innovación”, explicaron en su comunicado oficial. La empresa subrayó que las tecnologías clave funcionaron como se esperaba, y que el incidente forma parte del proceso de aprendizaje.

Pedimos disculpas a todos nuestros clientes que nos confiaron sus cargas útiles.

Comunicado de The Exploration Company en LinkedIn

Pero detrás de esa declaración corporativa hay más de 160 familias que confiaron en este proyecto como una forma de cerrar un ciclo emocional, llevando a sus seres queridos más allá de los confines de la Tierra. Para muchos, se trataba de un acto simbólico, una despedida cósmica. Celestis, por su parte, expresó sus condolencias afirmando que espera que las familias encuentren consuelo “en saber que sus seres queridos formaron parte de un viaje histórico, fueron lanzados al espacio, orbitaron la Tierra y ahora descansan en la vastedad del Pacífico”.

¿Está cambiando nuestro modo de despedirnos de nuestros seres queridos? Fuente: ChatGPT / E. F.

Cannabis, ADN y ciencia ciudadana en órbita

Además de los restos humanos, la cápsula Nyx transportaba otro tipo de carga igualmente llamativa: material vegetal y semillas de cannabis, enviadas por el proyecto Martian Grow. Este es un experimento abierto de ciencia ciudadana cuyo objetivo es estudiar cómo afectan la microgravedad y el ambiente espacial a la germinación y resistencia de ciertas plantas. En particular, buscan datos útiles para comprender cómo podrían crecer plantas en Marte o en estaciones espaciales.

Este tipo de investigaciones, aunque suenen inusuales, tiene un valor claro para la ciencia. Comprender qué especies vegetales pueden sobrevivir en entornos extremos resulta crucial si queremos imaginar una vida más allá de la Tierra. Esta misión, como muchas otras que exploran la biología en microgravedad, buscaba dar un pequeño paso en esa dirección. Lamentablemente, los resultados también quedaron perdidos en el fondo del mar.

Un historial de intentos y accidentes

Este no es el primer fracaso en vuelos conmemorativos. En 2023, un cohete que transportaba las cenizas del astronauta de la NASA Philip K. Chapman explotó sobre Nuevo México, según se menciona en el artículo original. Celestis está acostumbrada a operar en un terreno arriesgado, donde las posibilidades de pérdida no son nulas. Aun así, continúa apostando por lo simbólico, ofreciendo misiones con nombres como Voyager o Enterprise, que apelan al imaginario colectivo del viaje espacial.

Para The Exploration Company, el reto no termina aquí. Su próximo objetivo es llevar la cápsula Nyx a la Estación Espacial Internacional en 2028, como parte de una prueba de transporte logístico, pendiente aún del visto bueno de la Agencia Espacial Europea. Aunque el presente haya sido accidentado, la mirada está puesta en el futuro. Y en cada intento, se acumulan datos técnicos, pero también cuestiones éticas y simbólicas sobre cómo usamos el espacio y para qué fines.

Otras misiones con cargas útiles sorprendentes

El espacio ha sido testigo de cargas curiosas desde hace décadas. Algunas de ellas pueden parecer extravagantes, pero todas tienen alguna razón de ser. En 1971, la misión Apolo 15 dejó una pequeña figura de aluminio en la Luna como homenaje a los astronautas caídos. En 2008, SpaceX lanzó una rueda de queso al espacio en una prueba técnica que muchos interpretaron como una broma interna. También se han enviado discos con música de Bach, muestras de vino francés, bacterias extremófilas y hasta una réplica del coche de Elon Musk.

Las cargas útiles más recientes están cada vez más orientadas a la exploración biológica y la vida en condiciones extremas. En la Estación Espacial Internacional, por ejemplo, se han realizado cultivos de lechuga, tomates y mostaza en condiciones de microgravedad. Esto no solo sirve para pensar en futuras misiones a Marte, sino también para conocer mejor los límites de la vida terrestre. Y como demuestra el caso de la cápsula Nyx, también comienzan a mezclarse proyectos científicos con fines conmemorativos, personales y emocionales.

¿Qué hay detrás del deseo de ir al espacio?

Más allá del accidente técnico, lo que este suceso revela es una tendencia creciente en el uso del espacio como plataforma simbólica. Antes era territorio exclusivo de gobiernos y astronautas, hoy se abre a iniciativas privadas, familiares, incluso artísticas. Enviar ADN o cenizas al espacio ya no es solo una rareza, sino una posibilidad comercial. Al mismo tiempo, se cuelan proyectos como el de Martian Grow, que mezclan ciencia participativa con curiosidad por el futuro de la vida más allá de nuestro planeta.

En este contexto, la pérdida de la cápsula Nyx no solo es un evento técnico. Este suceso nos recuerda cómo lo personal y lo comercial se están desdibujando en la nueva carrera espacial. Y aunque esta vez la historia acabó bajo el agua, no deja de ser parte de un fenómeno más amplio: la búsqueda constante de sentido, incluso entre las estrellas.

Cortesía de Muy Interesante



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