Hidalgo alberga diversas áreas naturales que, aunque menos conocidas, ofrecen una biodiversidad única y paisajes impresionantes. Estas zonas, alejadas de las rutas turísticas convencionales, son el refugio de muchas especies endémicas y representan una oportunidad para el ecoturismo y la conservación.
Uno de estos lugares es la reserva de la biosfera barranca de Metztitlán, que destaca por su diversidad de ecosistemas, desde cañones hasta cuerpos de agua que sirven de hogar para aves migratorias. También está el Cerro de las Navajas, un sitio con formaciones rocosas únicas y una historia geológica fascinante.
Otro destino poco explorado es el Parque Ecológico Cubitos en Pachuca, que combina senderos educativos con espacios de conservación. Aquí se pueden encontrar especies de flora y fauna adaptadas a los ecosistemas semiáridos.
Explorar estas áreas es una experiencia enriquecedora que permite disfrutar de la naturaleza y contribuir a su preservación. La belleza escondida de Hidalgo está esperando a ser descubierta.
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