La nada fortuita aparición de Evelyn Salgado en la mañanera.
Por Isaac Flores
Por el contexto en el que ocurre, después de haber recibido una andanada de ataques misóginos y peyorativos, el llamado a Palacio Nacional y participación en la mañanera de la gobernadora Evelyn Salgado Pineda va más allá de una simple visita de cortesía.
Es en esencia una muestra contundente del respaldo del presidente de la República Andrés Manuel López Obrador hacia una de las gobernadoras más jóvenes del país a quien en la comparecencia acompañó y rodeó de todos los secretarios de estado, para que se entendiera bien el mensaje.
Como ocurrió con el caso del padre de la gobernadora en la elección pasada, el presidente tomó como propios los agravios en contra de la morenista y le cedió el poderoso atril desde donde su destierro santifica en este país.
El tema que se abordó, la reconstrucción del patrimonio histórico tras el sismo del 2017, en realidad no era de urgencia como sería Salud o Seguridad, más bien fue el pretexto para a Salgado Pineda cubrir con su manto con un mensaje implícito: meterse con la gobernadora es meterse con la Cuarta Transformación y eso significa meterse con el presidente.
De Ciudad de México Evelyn Salgado llegó fortalecida a Casa Guerrero, con el optimismo de sentir el apoyo de su partido y del ejecutivo federal.
Todo esto ocurrió luego de que desde el Centro del país se lanzaron misiles enfocados en la vida privada y familiar de la gobernadora (poniendo en entredicho su capacidad por el solo hecho de ser mujer) más que en el ejercicio de gobierno, ignorando hechos como el que cientos de guerrerenses abandonaron la pobreza extrema.
Y como nado sincronizado, en la entidad grupos delictivos que han sido golpeados por detenciones y decomisos se sumaron a ese intento de desestabilización, con la misma retórica: la vida personal y los vínculos familiares, sobre todo criticando la figura del padre, el polémico senador Félix Salgado.
Pareciera que toda la maquinaria mediática enfocada a minar el gobierno estatal está alimentada desde la sombra por un sueño guajiro de la renuncia por incompetencia para convocar a nuevas elecciones al no pasar todavía los dos años y medio de gobierno estatal.
Bueno, cuando eso ocurre siempre la decisión pasa por Palacio Nacional, y por cómo apapacharon a la gobernadora en la mañanera se ve muy lejana esa posibilidad.
Sin embargo, los problemas en la entidad siguen latentes y no debe desatenderlos para que no se salgan de control, antídoto para frenar los delirios de los que cada mañana se levantan anhelando un golpe de estado.
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