- Autor, Ronald Alexander Ávila-Claudio
- Título del autor, BBC News Mundo
- Informa desde Miami
La influencia que podrían tener los votantes puertorriqueños que viven en los Estados Unidos continentales en la apretada contienda presidencial entre el republicano Donald Trump y la demócrata Kamala Harris se robó la atención del mundo.
Esto sucedió después de que el pasado domingo un comediante que hizo de telonero en un mitin de Donald Trump en Nueva York se refiriera a Puerto Rico como una “isla de basura”, causando una enorme indignación.
Estos comentarios también enfurecieron a muchos puertorriqueños que residen en el territorio insular estadounidense y que, pese a no poder votar en las presidenciales, irán a las urnas el 5 de noviembre para elegir a su nuevo gobierno local, en una votación calificada de “histórica” por algunos analistas.
Y es que, por primera vez, un candidato que apoya abiertamente la independencia de Puerto Rico aparece en segundo lugar en las encuestas para ganar la gobernación.
Se trata de Juan Dalmau, un experimentado político y abogado graduado de la Universidad de Harvard que lidera una alianza entre el Partido Independentista Puertorriqueño y el Movimiento Victoria Ciudadana.
Si Dalmau lograra la gobernación, sería uno de los hitos electorales más importantes en Puerto Rico desde que en 1952 los boricuas fueron a las urnas para refrendar el estatus de Estado Libre Asociado de su isla, que les permite tener su propia Constitución y gobierno con poderes limitados, siempre supeditados al Congreso y al presidente de EE.UU.
Lo que dicen las encuestas
El candidato tiene un camino difícil, pues su principal contrincante, que aparece primera en las encuestas es Jenniffer González, quien milita en el partido oficialista que defiende la anexión de la isla como estado de EE.UU.
González, además, posee una enorme estructura política y millones de dólares en donaciones para impulsar su campaña. Es también la representante sin voto de los boricuas en la Cámara de Representantes de EE.UU. y tiene más de dos décadas de experiencia en el ruedo político.
En una encuesta publicada el pasado 28 de octubre, realizada por la empresa Gaither International y comisionada por varios medios de la isla, González obtuvo el favor de 31% de los consultados, frente al 29% de Dalmau.
En el tercer lugar, con el 18%, se posiciona Jesús Manuel Ortiz, quien milita en un partido que defiende la relación actual de Puerto Rico con EE.UU., y en el cuarto Javier Jiménez, de una agrupación de extrema derecha.
Los indecisos, que podrían ser los que inclinen la balanza, suponen un 12%.
Estas proyecciones son un salto exponencial para Dalmau, quien se postula por tercera vez para la gobernación. En 2020, obtuvo un 13% de los apoyos y en su primer intento, en 2012, tan solo un 2%.
No obstante, el apoyo con el que cuenta antes de los comicios no indica que la mayoría de los puertorriqueños quiera conformar un país soberano y separarse de EE.UU., según un experto consultado por BBC Mundo.
Detrás de la popularidad de Dalmau hay razones mucho más complejas.
Hartos de la corrupción
Durante décadas, los partidos en Puerto Rico se han presentado ante los electores destacando sus preferencias sobre el estatus que debe tener la isla (territorio asociado, país independiente o anexión a EE.UU. como estado) más que sus propuestas de política pública.
Y desde que se aprobó el Estado Libre Asociado, la opción de la independencia siempre quedó rezagada. Por eso es inusual el apoyo que Dalmau está recibiendo en este ciclo electoral.
En esta ocasión, según el profesor de ciencia política Javier Colón Morera, el candidato independentista logró transmitir a los puertorriqueños que la elección a la gobernación no está estrictamente vinculada a un cambio en la relación con EE.UU.
“El voto por Dalmau no necesariamente se puede interpretar como un voto por la independencia”, afirma el experto de la Universidad de Puerto Rico.
Aunque durante la primera mitad del siglo pasado la isla experimentó un desarrollo económico significativo, que mejoró la calidad de vida de sus habitantes, en años más recientes los políticos que se alternaron el poder han estado marcados por la corrupción y una cuestionable administración del gasto público.
Puerto Rico tiene una deuda de más de US$70.000 millones, que limita su desarrollo económico, y sus residentes deben hacer frente a la intermitencia de servicios básicos como la electricidad, pocas oportunidades laborales y una crisis del sistema de salud.
“Dalmau tuvo la capacidad de impulsar la idea de que existen otros carriles, como mejorar la administración pública y que cualquier cambio en la relación con EE.UU. no se decide en las elecciones generales”, señala Colón Morena.
El carisma del candidato
El también exsenador nunca ha dejado de defender la independencia públicamente. Su propuesta es que se defina de forma “democrática” en un proceso futuro que aún está por definirse.
Colón Morera destaca que este mensaje caló en los electores por la capacidad del independentista de hablar de forma “sencilla y sin arrogancia, y porque además ha mostrado ser bueno debatiendo”.
“La política se trata también de carisma”, dice el politólogo graduado de la Universidad de Boston. “Y Dalmau lo tiene”, añade.
La oficialista Jenniffer González, quien lleva ocho años en su actual cargo en el Congreso de EE.UU., es igualmente cercana a la gente, y se distingue por hacer campañas pintorescas, con música y símbolos que apelan a una gran cantidad de puertorriqueños.
De cara a la elección del 5 de noviembre, su estrategia ha sido atacar la defensa de Dalmau de la independencia e insistir en que, de ser elegido, pondría en riesgo el derecho de los puertorriqueños a la ciudadanía estadounidense y a las transferencias de dinero de Washington.
González también vincula a su contrincante con gobiernos de la región que ella considera “totalitarios”, como el de Cuba, Nicaragua y Venezuela, por la relación de larga data de los independentistas puertorriqueños con movimientos de izquierda que se oponen a EE.UU.
Dalmau se ha defendido de las alegaciones criticando al presidente venezolano Nicolás Maduro y cuestionando su reelección en los comicios celebrados en julio que fueron altamente criticados por la comunidad internacional.
Para muchos electores en Puerto Rico, el discurso de Dalmau a favor de la independencia es su mayor motivación para no votarle. Para otros, eso es cosa del pasado.
Una alianza sin precedentes
Pese a que las encuestas miden a solo cuatro candidatos para la gobernación, en realidad son cinco las personas las que aparecerán en las boletas de votación.
En Puerto Rico se prohíben las alianzas entre partidos políticos.
Así que los independentistas y el Movimiento Victoria Ciudadana, partido que reúne a políticos de todas las preferencias de estatus, tuvieron que postular por separado a dos candidatos para los cargos más importantes de la isla (la gobernación y el representante de Puerto Rico en Washington) para cumplir con la ley electoral.
Pero en la práctica decidieron hacer campaña juntos a favor de Dalmau y de Ana Irma Rivera Lassen, una senadora del MVC que quiere ocupar la silla de Puerto Rico en el Congreso de EE.UU.
También optaron por unir fuerzas para varias alcaldías importantes, como San Juan, la capital, y algunos escaños legislativos.
Una alianza como esta, que permitió a Dalmau ampliar su base de votantes, no tiene precedentes en Puerto Rico.
“Dentro del MVC hay personas que defienden que Puerto Rico sea un estado e, incluso, actualmente tienen a un legislador electo que cree en esta idea. La alianza entre ambos partidos ayudó mostrar que una victoria de Dalmau no supone la independencia de la isla”, señaló el profesor Colón Morena.
El apoyo de los artistas boricuas
Otro factor importante para el éxito de la candidatura del independentista es el apoyo que ha recibido de importantes personalidades boricuas, que incluso invirtieron dinero en mensajes en contra de Jenniffer González y su partido.
Artistas de la talla de Ricky Martín, Bad Bunny y René “Residente” Pérez, por mencionar algunos, endosaron a Dalmau y difundieron mensajes a su favor entre sus millones de seguidores en redes sociales.
También lo hicieron presentadores de radio y televisión, así como influencers, que lo presentan como un candidato que representa un “cambio”.
Algunos de estos famosos encabezaron las protestas que en 2019 provocaron la renuncia del exgobernador Ricard Rosselló, luego de que en un chat de Telegram se burlara de los puertorriqueños y difundiera mensajes homófobos y misóginos.
“Bad Bunny pagó una amplia campaña de medios que incluyó vallas publicitarias contra el partido de González, que tiene una enorme ventaja en términos de donativos políticos. En los anuncios se mostraba la crisis del sistema eléctrico y educativo, entre otras problemáticas que se viven en la isla”, comenta Colón Morena.
Esta semana el cantante anunció que también invirtió unos US$140.000 en anuncios televisivos en los que exhorta a la población a “votar por un cambio”.
Queda por verse qué impacto tendrán estos apoyos en los electores puertorriqueños.
Lo cierto es que si Dalmau logra la victoria, más allá de sus ideas independentistas, “tendrá el reto de demostrar que en la isla puede haber un gobierno de unidad, en el que lo importante sea la buena administración”, subraya el profesor.
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Cortesía de BBC Noticias
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