Si no fuera porque los efectos son tan de cuarta, que la sangre no parece sangre, y que los brazos, los dedos cortados y demás descuartizamientos causan más sonrisas que asco, Terrifier 3 sería una película de temer.
Un asco, bah.
Perversa como pocas, ha salido de la imaginación no menos escabrosa de Damien Leone, que le debe su nombre de pila a la fascinación de su madre por la película La profecía. Sí, le puso a su hijo, hoy llamémosle cineasta, el nombre del diablo.
Para quienes no vieron Terrifier, ni Terrifier 2 y menos que menos el corto Terrifier, el que originó la saga, es probable que se sientan algo perdidos en la trama. Hay personajes (por lo general, los que no son masacrados) que hablan de un pasado del que, si no se vio las películas anteriores, cuesta entender de qué cuernos hablan.
La primera Terrifier costó 35.000 dólares, casi era una película casera. El payaso siniestro, Art -no confundir con la obra de teatro con Darín-, con cierto parecido, perdón, a Alice Cooper, mataba en silencio (es mudo, ya bastante ruido hacen los huesos que se quiebran) y sonreía con esos dientes semipodridos en Navidad.
Y la segunda, saltó a US$ 350.000, y de nuevo atacaba en Navidad, y aparecían muchos de los personajes que sobrevivieron (alguno había muerto, como también el payaso, pero en el cine se permiten demasiadas cosas). Por supuesto que moría, y resucitaba.
Y le ganó a otro payaso, al Guasón
Y así llegamos a la que estrena hoy en la Argentina, que pasó en su debut a la película de otro payaso (Guasón 2), que ya costó US$ 2.000.000 y lleva recaudados 55 millones. Redituable.
Ya nos hicieron creer que Winnie the Pooh y hasta el ratón Mickey pueden ser perversos, y en breve lo sumarán a Bambi. Hubo ya anteriores Santa Claus malignos, pero como éste… No.
A la primera víctima no se ve lo que le pasa, pero se escucha. Y es un niño.
De nuevo, un asco, bah.
Hay un homenaje, por no decir un robo, a El resplandor, con Art, el payaso asomando la caripela tras destrozar una puerta con un hacha. Sí, Kubrick debe estar revolcándose en su tumba, y Jack Nicholson empinándose una botella de whisky para pasar el mal rato.
Efectista, pero como mencionamos, con efectos berretas, el director ya avisó que la historia le da para una más, pero no más por suerte.
Tal vez Damien usó el dinero que ahora obtuvo para mejorar el sonido de las decapitaciones, o el ruido del hacha clavándose en un cráneo. Pero hasta un falso suicidio con vidrios, cortándose las venas, tiene profusión de algo rojo que sería sangre, pero parece miel líquida teñida de rojo.
Aquí no se salva nadie: padres que dejan la puerta abierta, policías, guardias de seguridad, hasta, como dijimos, niños. Ya estamos acostumbrados, desde Pesadilla en lo profundo de la noche, o antes, a que los adolescentes que tienen sexo, tienen placer, pero poco futuro porque rápidamente serán asesinados.
El principal problema es que como no hay personaje que quede vivo, no hay por quién preocuparse o empatizar, ya que en pantalla viven poco.
Igual, por si deciden ir a verla, no vamos a spoilear nada. Siempre digo que, sobre gustos hay demasiado escrito.
“Terrifier 3: Payaso siniestro”
Terror. Estados Unidos, 2024. Título original: “Terrifier 3”. 125’, SAM 18. De: Damien Leone. Con: Lauren LaVera, David Howard Thornton, Elliott Fullam, Samantha Scaffidi. Salas: Hoyts Abasto y Unicenter, Cinemark Palermo, Cinépolis Recoleta y Avellaneda, Showcase Belgrano y Norcenter.
Cortesía de Clarín
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